Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

Historia general del pueblo dominicano 101 L a corriente liberal analítica Poco tiempo después de los primeros textos de los liberales, fue emer- giendo otra corriente que ya no consideraba la historia con los moldes de la política, sino por medio de la comprensión de la sociedad. Implicaba el des- plazamiento de la narrativa de hechos por la explicación de determinantes. Aunque su objeto fuera la historicidad, los exponentes de esta corriente, salvo excepciones, no se expresaron mediante fórmulas historiográficas que inte- graran elementos como la erudición y la cronología. Como no apuntaban a los detalles derivados de la narrativa política, prefirieron el ensayo, generalmente destinado a la prensa. Todos ellos adoptaron la defensa de la ciencia moderna, concepción ausente en los historiadores narrativos. En la nueva corriente alternativa de pensadores la base del análisis debía desprenderse de fórmulas «cien- tíficas». La modernidad, imperativo del destino ya aclarado en los países centrales, obligaba a desechar las creencias metafísicas. No obstante, las manifestaciones cientificistas en el país no se dirigieron a cuestionar fron- talmente la religión, como fue propio en otros medios, pero sí sus preceptos contrapuestos con la razón. Tal género de exigencias se conectó con la vi- gencia del positivismo, visto como la doctrina que permitiría emprender la modernización y educar a la población en torno al saber científico-técnico. En realidad, la necesidad de la ciencia y de su aplicación en el estudio acerca de la sociedad y la historia antecedió a la implantación de la corriente positivista, pero fueron pocos los pensadores que antes de 1880 marcaron un giro hacia el estudio de la historia en clave analítica. Sin duda, el movimiento que cobró cuerpo en tal sentido estuvo influenciado por el impacto de Eugenio María de Hostos. Lo que tipificó esta corriente fue la centralidad acordada a la definición de los contornos de la realidad nacional. Todos ellos, como intérpretes de la colecti- vidad, asumieron una perspectiva pragmática comprometida con la intelección de sus problemas y la búsqueda de soluciones que permitieran la plasmación del ideal nacional y civilizador. Estos autores se situaron preferentemente como intelectuales reflexivos sobre la condición nacional, y no como historiadores en el sentido técnico. Sus temáticas confluían en postular una reforma cultural que se revirtiera en el sistema político. La referencia a la historia era obligada, aun- que no operara conforme a los moldes formales de la historiografía. Además de elaborar síntesis a partir de temáticas sociales y culturales, apuntaron al análisis, que contraponían en cierta manera con la narración. Pero no excluían

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