Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I
Historia general del pueblo dominicano 107 al ámbito socio-cultural e incluye la propuesta de que los problemas encuen- tren solución en un sistema político adecuado que propicie la expansión de la racionalidad y el saber. Defendía supuestos que lo llevaban a idealizar los logros de los países industriales. Como espíritu ilustrado, quedó prisionero de los moldes cul- turales de la modernidad occidental, pero esto no presuponía un horizonte antipopular, aunque sí elitista. La misión de detonar la transformación debía corresponder a los ilustrados, sentir que compartían todos los liberales. Pero, de la misma manera, el objeto del programa no radicaba en crear una nobleza de ilustrados generadores de riqueza, sino que el parabién debía extenderse al conjunto de la sociedad. En ocasiones expresó que el propio decurso de la historia dominicana autorizaba el optimismo sustentado en el pueblo. Acentuando la perspecti- va histórica, aseguró que la autonomía nacional representaba el estadio que tornaba factible el programa democrático. Pero había que implantar la demo- cracia como requisito para que se conformara la sociedad ideal. No dejó clara la secuencia que podía mediar entre la incidencia de ambos términos. De lo que estaba seguro era de que la inmigración permitiría avanzar hacia los cam- bios que prepararan las transformaciones. Discurrió acerca de quiénes debían ser los inmigrantes deseables y, en espíritu coherente con sus convicciones democráticas, los encontró en los cubanos y puertorriqueños. Pero la materia verdadera de la inmigración se encontraba entre los propios dominicanos: aseveró que en ellos se hallaba el contingente principal de inmigrantes, cuan- do se les colocara en condiciones de actividad productiva, desarrollo cultural y vida digna. Cuando estuvo próximo al cumplimiento de tareas estatales abordó el examen de coyunturas políticas. Fue el caso del rastreo de las circunstancias que llevaron al establecimiento del gobierno de Ignacio María González, tras la autocracia de Báez. 109 Es llamativo que estas incursiones en la narración histórica se restringiesen al plano de la política, y no al de la evolución de relaciones sociales o parámetros culturales. Bonó: el advenimiento de la historia sociológica Pedro Francisco Bonó fue contemporáneo y compañero de Espaillat. Tuvo menos notoriedad política, pero realizó una obra literaria mucho más profunda. Fue también un adalid de los círculos burgueses del Cibao y se des- tacó entre ellos por la firmeza con que, desde sus primeros textos, en la década de 1850, propugnó por una radicalización de las aspiraciones democráticas. 110
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