Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I
Historia general del pueblo dominicano 109 sobre todo el posible potencial pragmático de la reflexión intelectual. Es lo que explica que escogiera la dimensión de la historicidad para exponer problemas y soluciones, como está contenido en su obra pionera de 1856. 112 Aunque to- davía el centro de la problemática para la reforma de la vida dominicana lo encontraba en lo jurídico y estatal, efectuó un recorrido por la historia reciente como medio para postular la necesidad de la democratización integral. Salvo algún informe ministerial, tras la Restauración mantuvo un silencio que rompió poco después de la caída del cuarto gobierno de Buenaventura Báez, cuando se volcó hacia una consideración social de los procesos históricos, siempre a propósito de problemáticas que se suscitaban en el colectivo. Realizó esbozos de historia agraria, que todavía resultan insustituibles, en los cuales debió emplear observaciones y seguramente diligenciar acceso a documentos, pero no consignó nada al respecto ya que no operaba con el sentido de la profesionalidad propia de los historiado- res. Aunque con la modalidad de síntesis de historia social inauguraba una práctica intelectual en el país, nunca asumió el especialismo de historiador. Detrás de esa actitud estaba un malentendido producto del perfil de la dis- ciplina académica. Su enfoque se orientaba hacia el análisis de estructuras y procesos de larga duración, lo que se consideraba campo de la sociología. Su obra se corresponde con la sociología histórica y no tanto con lo que hoy se denomina historia social. No incursionó en la historia política, no practicó la narrativa de hechos, no observó la cronología y desechó toda forma de ejercicio de la erudición, en contraste con las prácticas que los historiado- res consideraban obligadas. Pero nunca dejó de tener la historicidad como referente primario de la exposición, aunque no se atenía a ninguna fórmula conocida. De manera espontánea adoptaba procedimientos literarios que asociaba con la originalidad de sus interpretaciones. Combinaba la aper- tura del ensayo con la agilidad de la prosa periodística, lo que no fue óbice para que lograra una acuciosa identificación de trazos de la conformación del colectivo dominicano. Sin conocer el marxismo, estableció conexiones entre ordenamientos estructurales y actitudes de los conglomerados en sus prácticas sociales. La familiarización con la historiografía y la sociología en Francia bastó para fundamentar sus búsquedas originales. La porción que sobrevivió de su biblioteca, según se da a conocer en un inventario, revela que estaba familiarizado con la sociología francesa de la segunda mitad del siglo xix , con historiadores liberales de la misma época y con corrientes del pensamiento social y político, como el socialismo cristiano. Tras varios ensayos cortos, de fines de la década de 1870, Bonó publicó una sucesión de artículos en El Porvenir, luego reproducidos en La Voz de
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