Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I
Historiografía dominicana 128 del territorio, episodio en el que Balaguer había tenido protagonismo por estar al frente de la diplomacia del régimen. El problema demográfico era no menos importante, en la medida en que se conectaba con la contraposición con Haití. Debía mantenerse una elevada tasa de crecimiento de la población, frente a la proclividad de los vecinos «etíopes» a multiplicarse. No tuvo el mínimo empacho en hacer alusiones peyorativas respecto a los «negros». Y es que, para él, estaba en juego un asunto de supervivencia. Habría que olvidarse de la panacea inmigratoria, por ser poco realista, y lo que se planteaba era evitar el «ennegrecimiento» de la población, que supondría la caída en una barbarie similar a la haitiana. El primer paso era detener la inmigración haitiana, por conllevar taras horroro- sas y un retroceso en la calidad de la población dominicana. Se deriva que el común denominador de la obra de Balaguer fue la contraposición con Haití. Aún en sus últimas décadas de vida, no obstante ser una figura central de la política, publicó numerosos escritos de carácter histórico que revalidaban el enfoque, anclado en lo cultural, literario y biográfico. En una obra de ficción con componentes autobiográficos dejó plasmadas posiciones más complejas acerca de la historia dominicana. 158 Manifestó ahí un escepticismo acerca de las potencialidades de los intelectuales, sometidos al destino ominoso de servir al autoritarismo. Esta reserva sobre sí mismo formaba parte de un entramado en el que revalidaba sus dudas acerca de la calidad del pueblo dominicano, meollo poco captado en esta «novela» histórica. Ramón Marrero Aristy Entre los autores trujillistas que elaboraron una obra con tintes originales sobresalió Ramón Marrero Aristy, quien, a diferencia de los demás, había tenido una formación más moderna, que incluía textos marxistas. Era un fuerte crítico de la plantación azucarera, como mostró en Over , una novela de juventud producto de vivencias en los campos del este. Marrero también escribió cuentos en que refleja su familiarización con la cultura popular. 159 Acorde con su formación y trayectoria, enfocó la dictadura en forma original, desde un pretendido ángulo popular y progresivo. Aunque convencido de la necesidad de la rectoría de Trujillo, es posible que en el plano personal mantuviera críticas al autoritarismo extremo y dia- logara con desafectos. 160 Pero, al mismo tiempo, acentuaba las limitaciones de las clases subalternas y la inexistencia de espacios autónomos y alternativos al Estado. De manera que su sentido de la promoción en el poder y la cultura lo situaba indefectiblemente dentro de los rangos del régimen.
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