Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

Historia general del pueblo dominicano 141 publicó nuevas decenas de libros, como antes contentivos de recopilaciones documentales relativas a temas variados de la historia dominicana. Aunque trató de adaptarse a los aires de los tiempos, en realidad no varió ningún parámetro de importancia en los moldes expositivos de la historia que había definido en su trayectoria previa. Salvo excepciones, como los escritos de Bonó y la acción de los frailes dominicos, en la mayoría de sus recopilaciones documentales no hizo estudios preliminares. 202 La perpetuación de conceptos es patente por igual en la trayectoria ulte- rior de Vetilio Alfau Durán, quien continuó redactando notas, principalmente acerca de la política de mediados del siglo xix . Rodríguez Demorizi y Alfau Durán tipificaron el reciclaje de los investigadores tradicionales, de factura erudita y conservadora. Junto a ellos, prolongaron los parámetros expositi- vos previos figuras tan dispares como Sócrates Nolasco, Rufino Martínez, los hermanos García Lluberes y Pedro Troncoso Sánchez, para solo citar algunos de los más importantes, varios de los cuales, como se ha visto, se habían contado entre los desafectos. A resultas de esto, no hubo novedades relevantes tras la muerte de Trujillo, a no ser la ampliación de conocimientos. Fueron excepcionales las innovaciones de método entre investigadores que comenzaron a producir antes de 1961; tal fue el caso de los estudios de histo- ria política de Julio Genaro Campillo Pérez, 203 quien produjo el grueso de sus textos en las décadas subsiguientes. Estos historiadores dominaron el panorama de la producción a lo largo de los años de 1960. Cuando hizo aparición la historiografía marxista, hacia finales de esa década, quedaron opacados en cierta manera ante el nuevo pú- blico interesado en cuestiones históricas. Surgimiento de la historiografía marxista El análisis basado en el materialismo histórico hizo aparición como co- rriente en ese periodo. La tardía emergencia de esta corriente se puede atribuir a los efectos empobrecedores del dominio de Trujillo sobre la vida cultural. Otros determinantes operaron a lo largo de la dictadura. La estructura social con una escasa clase obrera dificultó la conformación de una corriente socia- lista. La pobreza consuetudinaria del país obstaculizaba, además, la existencia de una intelectualidad independiente. Se repitieron situaciones cíclicas que llevaban a que, reiteradamente, los intelectuales abandonaran posturas críti- cas y se adscribieran a los parámetros del poder político vigente. El positivismo fue el horizonte más avanzado de los intelectuales, con los efectos ya vistos. Las desviaciones respecto a tal ortodoxia, como el espiritualismo rodosiano de la

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