Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I
Historiografía dominicana 142 Renovación, carecieron de consecuencias sobresalientes en la investigación histórica, al margen de que sus portadores no tardaron demasiado en acercar- se al poder, con lo que desecharon sus inclinaciones juveniles izquierdistas. Fuera de algunas expresiones de corte socialista, sobre todo previas a 1930, 204 en el entorno de la dictadura los antecedentes de la historiografía mar- xista solo fueron factibles en el exilio. Sobresalió Juan Isidro Jimenes Grullón, con una obra solitaria sustentada en una perspectiva marxista heterodoxa. 205 La novedad intelectual no tuvo efectos en el interior del país pues el libro perma- neció desconocido hasta inicios de la década de 1970, cuando fue reimpreso. Este esfuerzo no tuvo continuidad, por lo que hubo que esperar la obra de José Cordero Michel, en 1959, que, pese a no tener un formato historiográfico, abor- dó los procesos en clave analítica y social. Otros autores del exilio se basaron en el materialismo histórico, como Pericles Franco, Dato Pagán y Ramón Grullón, pero produjeron textos políticos que se limitaban a hacer referencias a la di- mensión histórica. 206 De todos, el único que tuvo un impacto tras 1961 fue el de Cordero Michel, reimpreso muchas veces, a diferencia de los otros autores, cuyas obras siguen siendo desconocidas aun entre especialistas. De todas maneras, estos antecedentes fueron importantes, porque los prime- ros exponentes de la historiografía marxista, sin excepción, pasaron por el exilio: Juan Isidro Jimenes Grullón, Juan Bosch, PedroMir, FranciscoAlbertoHenríquez, Franklin Franco, Hugo Tolentino y Emilio Cordero Michel. La formación para emprender estudios históricos conforme a la nueva orientación solo había sido posible obtenerla fuera del país. De ahí que se produjera cierto hiato cuando se incorporaron autores de menos edad y que no habían estado en el exilio. Varios de los exponentes de esta corriente con anterioridad no se habían alineado con el marxismo o, más propiamente, con su variante ortodoxa. El nivel de dominio del materialismo histórico era limitado durante el exilio, incluso entre quienes fueron miembros del partido comunista, por lo que, en lo fundamental, la conformación de una corriente socialista-marxista en el terreno historiográfico fue posterior a la década de 1960. Hubo que tran- sitar desde lo desconocido, y el resultado mayor fue el sesgo ortodoxo de la recepción de la teoría en el país. En términos de militancia, no tardó en tener amplia influencia la vertiente extrema de Mao Tse-tung dentro del paradigma soviético. El partido comunista (PSP) había abrazado, como era de orden, la dogmática estaliniana, pero fue abandonada antes del retorno al país de sus integrantes, lo que se tradujo en una laxitud que tuvo su contrapartida en el irracionalismo maoísta, cuya actitud se correspondía con los perfiles primiti- vos de la izquierda dominicana. Las consecuencias historiográficas in situ del maoísmo no podían traspasar la caricatura.
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