Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

Historiografía dominicana 148 y sociólogos latinoamericanos. Esto no fue óbice para que muchos de los aná- lisis exhibieran riqueza y originalidad, y se basaran en una consulta de fuentes bibliográficas y hemerográficas. Pedro Mir El poeta nacional fue un autor multifacético, que incursionó en la poética y la historiografía. Exilado en México, escribió su primera obra acerca de movi- mientos sociales tempranos contra la opresión. 214 En esta obra utilizó un pro- cedimiento de síntesis que, conjuntamente con el prisma marxista, introducía un ámbito equivalente a la «imaginación creadora», acaso por un imperativo estético de proyección de los sujetos. La novedad, que persistía en el momen- to de edición veinte años después, radicó en introducir la temática de la lucha social. Detrás de los personajes evocados subyace un atisbo de metateoría social. Mir emprendió el cuestionamiento de certezas, como a propósito de la evaluación del cacique Enriquillo, extensiva a la tradición indigenista que lo enalteció, con lo que apuntaba sobre todo al conservador Manuel de Jesús Galván. Las fuentes utilizadas fueron mínimas, casi circunscritas a las crónicas mayores del siglo xvi . En cierta manera, procedió a una reescritura de la biblio- grafía conocida. De ahí que las conclusiones puedan ser objeto de objeciones, como la atribución de un papel liberador a Francisco Roldán. A finales de la década de 1960, años después de haber retornado al país, Mir volvió sobre la historia colonial para postular la génesis local del capitalismo como parte de la expansión del comercio ilegal en el siglo xvii . 215 Todavía con más fuerza que en Jimenes Grullón, la propuesta era apriorística, por cuanto no contemplaba el estudio de las relaciones de producción y se circunscribía a la circulación. Dentro de las tónicas vistas, compuso su obra cumbre en tres volúme- nes. 216 En este caso el hilo conductor radicó en clasificar los procesos históricos en periodos, como aproximación a las características de cada época y los me- canismos de cambio. No obstante ser un marxista ortodoxo, el poeta ratificaba no priorizar las relaciones de producción, sino principios cualitativos de cada momento histórico, orientados hacia las intelecciones de los sujetos, en buena medida alrededor de ámbitos culturales y políticos. Aunque con menor inten- sidad que antes, seguía presente una ambientación estética. Trazó la división del proceso entre prehistoria y protohistoria, antes y después de las Devastaciones de 1605 y 1606. Resalta este acontecimiento como el de mayor trascendencia en el plano insular, por cuanto a la larga dio lugar a la génesis de Haití. Antes de ese evento considera lícito utilizar únicamente el término de Santo Domingo y solo después el de lo dominicano. Pero acota

RkJQdWJsaXNoZXIy MzI0Njc3