Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I
Historia general del pueblo dominicano 153 acentos variados, que incluyen planos de concordancia o simpatía. Como casi todos continúan en la producción bibliográfica, resulta prematuro hacer un balance pormenorizado. De ahí que se limite esta parte del capítulo a una reconsideración de algunas tendencias comunes. No obstante, en realidad es difícil establecer componentes comunes entre los autores, sea por los parámetros teórico-metodológicos empleados, sus conclusiones, temáticas o adscripciones políticas. Esta diversidad se puede ver en la lista de algunos de los que pueden formar parte de este conglo- merado: Pedro Julio Santiago, Fernando Pérez Memén, Ciriaco Landolfi, Jacinto Gimbernard, Frank Moya Pons, Bernardo Vega, Valentina Peguero, Danilo de los Santos, Juan Daniel Balcácer, Mu Kien Adriana Sang, Arístides Incháustegui, Wenceslao Vega, José Chez Checo, Roberto Marte, Américo Moreta, Edwin Espinal, Francisco Antonio Avelino, José del Castillo, Manuel García Arévalo, Marcio Veloz Maggiolo y Antonio Lluberes, entre otros. 224 En sus elaboraciones, casi todos estos autores han sostenido postu- ras liberales, aunque con matices perceptibles. Algunos se ubicaron en la Universidad Católica Madre y Maestra, aunque no terminaron por consolidar núcleos académicos compartidos durante periodos prolongados. Todavía más difícil es buscar filiaciones metodológicas comunes o áreas prioritarias de estudio de las que surjan problemáticas. Algunos autores se han inclinado por la recomposición de la historia política con novedosos so- portes documentales, como es el caso sobresaliente de Bernardo Vega para la época de Trujillo. Otros han incursionado en la relación entre historia política y cultural, como lo hace Fernando Pérez Memén. No faltan los esfuerzos en el terreno cultural o institucional, como se observa en Ciriaco Landolfi, Marcio Veloz Maggiolo y José Chez Checo. Varios se han orientado por fórmulas de historia económica y social, como Frank Moya Pons, Roberto Marte y Edwin Espinal. En ciertos casos se apunta a síntesis económicas, como en textos de José del Castillo, aunque este ha incursionado también en temas culturales. Otros se han interesado por los fenómenos ideológicos en sí mismos, como Francisco Antonio Avelino y Fernando Pérez Memén. No han estado ausen- tes biografías de políticos, como las de Mu Kien Sang y Juan Daniel Balcácer. Pese a tanta diversidad, podría intentarse trazar un tipo de pauta ca- racterística, que en cierta medida tipifica a una parte de estos autores. No tienen una escuela reconocida, cierto, y no siguen una propuesta teórico- metodológica común, pero se han acercado a síntesis que articulan los planos centrales de la narración en la política y la cultura, con elaboraciones en el terreno de la economía y la sociedad. De una u otra manera, una parte de ellos han acogido influjos de las metodologías de historia social vigentes en el
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