Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

Historia general del pueblo dominicano 161 Ramón Cáceres, Flores preparó un libro al respecto. Viajó a España para editarlo en Barcelona, pero parece que no lo llegó a lograr, al fallecer a inicios de 1920. Está pen- diente, pues, una siguiente recopilación de textos de Flores para llegar a conclusiones acabadas acerca de sus concepciones acerca de la historia y su época. 83 Rufino Martínez, Diccionario biográfico-histórico dominicano, (1821-1930) , 2 ed., Santo Domingo, 1997, pp. 194-95. 84 José Ramón López, «Liberal-conservador», El Dominicano , 3 de junio de 1909. 85 Rafael Abreu Licairac, Consideraciones acerca de la Independencia y sus prohombres, Santo Domingo, 1896. 86 Roberto Cassá, «Revisionismo historiográfico sobre la Independencia dominicana» Anuario de Estudios Americanos , año LI, No. 2 (1994), pp. 273-300. 87 Cfr. supra , nota 52, en que se alude a la polémica en 1889 entre el liberal García y el conservador Galván. 88 Sus escritos han sido recopilados por Andrés Blanco: Mariano Cestero, Escritos , 2 vols., Santo Domingo, 2009. 89 Pro-Patria (Mariano Cestero), 27 de Febrero de 1844 , Santo Domingo, 1900. 90 Casimiro N. de Moya, Boceto histórico del descubrimiento y conquista de la isla de Santo Domingo, 3 vols., Santo Domingo, 1976. La primera edición es de 1913. 91 Arturo Logroño, Compendio didáctico de historia patria, tomo I, Santo Domingo, 1912. 92 Manuel Ubaldo Gómez, Historia de Santo Domingo, San Pedro de Macorís, 1924. Ya había ediciones desde una década antes. 93 Bernardo Pichardo, Resumen de historia patria, 5ta. ed., Santo Domingo, 1966. 94 Entre otros, Fidel Ferrer, Introducción a la historia de Santo Domingo, 1912. 95 Martínez, Diccionario , pp. 381-82. 96 Carlos Nouel, Historia eclesiástica de la Arquidiócesis de Santo Domingo, Roma, 1911. 97 Fue el caso de EugenioMaría de Hostos, «Quisqueya, su sociedad y algunos de sus hijos», en Rodríguez Demorizi, (ed.) Páginas dominicanas, Santo Domingo, 1979, pp. 92-170. 98 Hasta ahora la edición más completa de los escritos está en Eugenio María de Hostos, Obras completas, 20 vols., La Habana, 1939. El editor fue Juan Bosch, lo que motivó la escritura de Hostos. El sembrador, Río Piedras, 1976. Sobre la obra de Hostos en relación a la Confederación de las Antillas, véase Manuel Maldonado Denis, Eugenio María de Hostos, sociólogo y maestro, Río Piedras, 1981. Un escrito pionero y ejemplar, dentro de la enorme bibliografía acerca del Maestro, en Camila Henríquez Ureña, Las ideas pedagógicas de Hostos, Santo Domingo, 1974. 99 Se distinguió desde el principio el futuro arzobispo Fernando Arturo de Meriño. Véase José Chez Checo y Rafael Peralta Brito, Religión, filosofía y política en Fernando Arturo de Meriño, 1857-1906, Santo Domingo, 1979. 100 La recusación a Hostos creció después de la instauración de la dictadura de Heureaux, cuando quedó descartado su protector Luperón y disminuida la influencia de los otros jefes políticos que compartían la aspiración por la panacea de la «revolución educativa». La reacción se acrecentó con motivo del retorno de Hostos al país en 1900, como produc- to del sedimento dejado por la dictadura de Heureaux. Los clericales antipositivistas se agruparon en los años posteriores al magnicidio en torno al periódico El Criterio Católico , cuyo objetivo radicaba en fustigar a Hostos, mientras que los discípulos de este fundaron El Normalista. Todavía hoy, siguiendo la prédica intolerante de un siglo atrás, algunos

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