Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

Introducción geográfica 178 colonizadores aprovecharon el paisaje ya domesticado por los aborígenes y fundaron sus establecimientos al lado de importantes pueblos indígenas, como fue el caso de Esperanza, Santiago, La Vega, Bonao, Santo Domingo, Higüey, la Yaguana (Léogane), Yáquimo (Jacmel), entre otros. Alternando con los bosques, los españoles encontraron también algunas grandes sabanas que fueron descritas por viajeros y geógrafos que recorrieron la isla en el siglo xviii . Estas sabanas fueron luego aprovechadas para criar ganado durante todo el período colonial. A finales del siglo xix y principios del xx , algunas sabanas de la parte oriental de la isla fueron utilizadas para establecer en ellas plantaciones de caña de azúcar. Al mismo tiempo, grandes extensiones de bosques fueron taladas para abrir campo a las nuevas planta- ciones y a nuevos hatos ganaderos. Repetimos que cuando los europeos llegaron la isla a finales del siglo xv , el territorio estaba parcialmente domesticado por los taínos y otros pueblos que vi- vieron aquí en siglos anteriores. Para entonces ya los taínos conocían los lugares más favorables a la habitación humana, y por ello los españoles no tuvieron que explorarmuchopara crear susprimeras fortalezas, villas y ciudades. Simplemente se establecieron dentro o en los alrededores de los grandes poblados indígenas. Estos poblados se localizaban en zonas de tierras fértiles, con regímenes de lluvia y temperaturas medias previsibles que permitían la planificación de siembras y cosechas. Aunque los nativos se movían por todo el territorio y, al parecer, lo conocían en detalle, lo cierto es que la isla tenía amplias regiones sin asentamientos humanos. Estas eran zonas de humedales, bosques y desiertos espinosos en donde las evidencias arqueológicas son rarísimas o inexistentes. Las zonas despobladas o de escaso asentamiento entonces eran los que llamamos hoy valle del Yuna y Gran Estero, la Serranía Oriental, las planicies húmedas de los Llanos del Este, la lluviosa sierra de Yamasá, Los Haitises, los extensos pinares de la cordillera Central, los bosques de latifoliadas de la ver- tiente norte de esta alta sierra, los bosques secos del suroeste entre el valle de San Juan y la planicie de Neiba, el Procurrente de la Beata que compone el hoy llamado Parque Jaragua y gran parte de la Sierra de Baoruco, extendiéndose hacia el oeste a todo lo largo del Massif de la Selle, y otros territorios similares en la parte occidental, como son los bosques secos o los antiguos pinares del territorio de la hoy República de Haití. Las primeras villas españolas siguieron el patrón de asentamiento de los poblados taínos. Ejemplos notables son La Yaguana, sede de los caciques Behechío y Anacaona, que hoy lleva el nombre de Léogane; la Concepción de la Vega, en lo que fue la sede del cacique Guarionex; Jacagua, primera ciudad de Santiago; Bonao; Higüey y El Seibo; Bayahá; Yáquimo (hoy Jacmel).

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