Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I
Historia general del pueblo dominicano 179 Lugares muy fríos, como el valle de Constanza, en donde hubo asenta- mientos taínos, fueron evitados por los españoles a causa de su difícil acceso. Otros sitios, de selva lluviosa, como la sabana de Guabatico, no fueron pobla- dos hasta principios del siglo xvii , después de las llamadas Devastaciones de 1605 y 1606. Los dos asentamientos levantados allí, Bayaguana y Monte Plata, padecieron numerosas dificultades debido a la humedad de los suelos y per- manecieron como poblados marginales, en lo demográfico y en lo económico, hasta bien entrado el siglo xx . La zona llamada hoy Bajo Yuna fue un territorio muy pantanoso sujeto a continuas inundaciones y, por lo tanto, permaneció despoblado hasta la se- gunda mitad del siglo xx . La llamada Línea Noroeste, región seca de bosque espinoso, permaneció relativamente deshabitada hasta mediados del siglo xx y por ello su nombre tradicional fue El Despoblado de Santiago. Otro terri- torio despoblado fue el desierto comprendido entre las poblaciones de Azua, San Juan de la Maguana y Barahona, así como las serranías de Neiba, Baoruco y las partes altas de la cordillera Central. Un indicador de que los taínos conocían cuáles eran los mejores lugares para establecer sus poblaciones lo vemos en el fracaso de algunos asentamien- tos españoles tempranos, como Monte Cristi y Puerto Plata, que perdieron sus primeros pobladores por ser sitios insalubres que tuvieron que ser refun- dados dos siglos más tarde. Con el tiempo los colonos lograron ampliar su dominio sobre zonas más am- plias del territorio insular utilizandomano de obra esclava. La primera expansión del horizonte agrícola fuera de las ciudades de Santo Domingo y Puerto Plata tuvo un impacto visible sobre los bosques con el establecimiento de las primeras plantaciones de caña de azúcar pues las forestas fueron taladas para sembrar campos de caña, así de leña como para abastecer a los ingenios azucareros. El desarrollo de la industria azucarera marcó una importante transición en la evolución ecológica de la isla pues aunque los ingenios construidos entre 1520 y 1535 eran pequeños, y el área sembrada de caña nunca podría compa- rarse con las plantaciones modernas, lo cierto es que ejercieron un notable impacto en las zonas bajo su influencia. El efecto más notorio de la primera industria azucarera colonial sobre el medio ambiente fue la deforestación de las zonas en donde se establecieron las plantaciones. Hubo que tumbar montes para sembrar la caña y hubo tam- bién que tumbar montes para abastecer de leña a las calderas de los ingenios. Aunque los pequeños trapiches no producían más de 100 toneladas de azúcar por año, su continua operación durante casi todo el siglo xvi contribuyó a la deforestación de las zonas periféricas de las plantaciones.
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