Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

Historia general del pueblo dominicano 213 de tierra, son abundantes, lo mismo que corales planos con muestras de haber sido utilizados como ralladores o «guayos», lo que evidencia el uso de raíces silvestres. Martillos o percutores de roca ígnea, yunques para apoyar semillas y fracturarlas, restos de frutos de palma carbonizados y corozo revelan no solo una dieta rica en grasas y proteínas, sino la posible presencia en aquella zona de palmeras y corozales hoy desaparecidos. El aspecto más importante sería la presencia del uso de la guáyiga entre los habitantes de El Caimito. Análisis polínicos llevados a cabo por J. Nadal en la Universidad de Arizona revelaron que entre las cenizas de la ocupación había un 9% de polen de Zamia debilis , es decir de guáyiga. Si este último dato hubiese sido aislado podríamos haber puesto en duda el que en El Caimito la guáyiga hubiese sido un alimento importante, pero el caso se repite en sitios más antiguos, como la Cueva de Berna, 36 en la que, como hemos visto, hojas de guáyiga preservadas en ceniza a gran profundi- dad acompañaban artefactos del 1800 antes de Cristo; o como en El Porvenir, en donde el polen de guáyiga, hacia el 1250 antes de Cristo, está presente en un 22% del polen analizado. Parece evidente, entonces, que los guayos de El Caimito fueron utili- zados para rallar esta raíz comestible. Ello comprueba, desde la prehistoria más antigua de la isla, que existía entre los grupos arcaicos una «tecnología» proto-agrícola, por cuanto la guáyiga contiene elementos venenosos que hay que extraer o hacer desaparecer antes de su ingestión. El padre Las Casas se refiere, ya en épocas históricas, al hecho de que los aborígenes de la región este rallaban las raíces de guáyiga en unas piedras pla- nas –posiblemente ralladores de corales similares a los de El Caimito–, dejando podrir la masa hasta el punto de que la misma se oscurecía y procreaba gusanos, haciéndose luego de la masa agusanada tortas que se cocían en vasijas planas, posiblemente parecidas al burén de hacer casabe. Este tipo de alimento solo ha sido señalado por los cronistas para la isla de Santo Domingo. Su presencia entre grupos históricos ya conocedores de la agricultura y del cultivo de la yuca hace pensar en un rasgo cultural heredado –con toda su tecnología– de los grupos arcaicos. Una característica interesante de El Caimito es el tratamiento que este grupo con cerámica inicial dio a sus muertos. En los trabajos de campo que llevamos a cabo en el lugar, pudimos establecer que los huesos humanos estaban calcina- dos y fragmentados. Encontramos vértebras, fragmentos de cráneos y huesos largos divididos por golpeo, algunos de ellos partidos de manera longitudinal. Son característicos como residuos humanos, porque no corresponden a en- terramientos organizados, sino que han sido tratados como parte de los demás

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