Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

Historia general del pueblo dominicano 225 reformulación de la redistribución de los productos y de un uso controlado de suelos y espacios, y por lo tanto a nuevas acciones y responsabilidades socia- les que parecen haber sido heredadas y mejoradas por la posterior sociedad de los taínos. Elementos ceremoniales tan importantes como el juego de la pelota o batey se presentan por vez primera en las sociedades ostionoides de Puerto Rico, en el siglo viii de nuestra era, pasando a ser luego, en la sociedad taína, un elemento definitorio. La plaza de Las Flores, trabajada por Ortiz Aguilú y las de la Villa de Taní, en Puerto Rico, parecen revelar que el areíto y el juego de pelota o batey , fueron practicados inicialmente por estas socieda- des, o que por lo menos se incrementó su presencia a partir de las mismas. Los ostionoides utilizaron las zonas de playas, pero también penetraron valles y faldas de las montañas en la isla de Santo Domingo. Colonizaron inicialmente algunas zonas del norte de la isla de Santo Domingo; por ejemplo algunos sitios cercanos a Cabrera, Río San Juan y otros lugares fueron ocupados ya hacia el siglo ix por grupos agricultores del estilo ostionoide. L as sociedades macorijes Cronistas como Fray Ramón Pané, el padre Fray Bartolomé de las Casas y el propio Cristóbal Colón se refirieron al hecho de que la isla de Santo Domingo tenía diversos tipos de culturas y lenguas. La lengua de los taínos, y posiblemente, pese a sus diferencias, la de los macorijes y ciguayos, ve- nía de un tronco común sudamericano. Eran dialectos o formas del lenguaje arawak, arawaco , o aruaco , si nos atenemos a las diversas grafías sobre el mis- mo. Esa lengua empalma todavía hoy con el lokono , arawak que se habla en las Guayanas, y existen importantes estudios sobre ella de los expertos Manuel Álvarez Nazario y José J. Arrom, entre otros. Los macorijes habitaron la parte del norte de la isla de Santo Domingo. Cuando Colón fundó la Isabela, en los primeros días de 1494, se entiende en parte que fue con grupos macorijes. Intenta recoger informaciones sobre los habitantes de la isla y pronto se da cuenta de que los macorijes tienen otra lengua, o por lo menos un dialecto diferente del que habla la mayoría de los pobladores de la colonia. Por tales razones, fray Ramón Pané, quien fue el primer español que aprendiese expresamente una lengua indígena, es enviado al lugar de Maguá, con indios que habían aprendido algo de español, que hablaban la lengua macorix, y la taína, con la intención de cristianizar.

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