Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

Historia general del pueblo dominicano 229 ( Zamia debilis ), la que permitió un intenso uso de la recolección, con cierto abandono del cultivo de yuca, al punto de que los bohíos, primeramente de familias extensas y luego de familiares nucleares, se construyeron sobre un basurero de conchas, restos de comida y cenizas de tres metros de profun- didad, constituyendo el cementerio de la comunidad. En los tres casos la alfarería del estilo chicoide es de altísima decoración y sin dudas pertenece a lo más destacable de la cultura taína. Estas afirmaciones sirven, en principio, para ilustrar cómo la cultura taína aprovechó los nichos y cómo esos nichos producían al máximo desde su óptimo de explotación, en una sociedad que usó del intercambio y la producción para almacenamiento. El dominio cacical alcanzaba la producción colectiva. Valdría la pena re- cordar que cuando Bartolomé Colón pide oro a Boechío, cacique de Jaragua, este dice que no puede entregar oro porque no lo tiene su región, pero que sí puede llenar varias carabelas de algodón. Ello revela no solo el poder de los caciques, sino su sentido y dominio de un tipo de producción y de un ámbito ecológico. L a vida cotidiana de los taínos La vida cotidiana de los taínos se desarrollaba dentro de varios tipos de patrones de asentamiento: pueblos organizados circularmente con plaza cen- tral, como acontece con el del lugar llamado Juanpedro, en la provincia de San Pedro de Macorís; pueblos conformados por dos calles cruzadas, como los describe el padre Las Casas para algunos lugares del este de la isla de Santo Domingo y poblados pequeños ubicados en zonas de barranco de los ríos, en lugares altos, constituidos por muy pocos bohíos. En ciertos pueblos la plaza ceremonial estaba en el centro de las comuni- dades, como el lugar llamado El Atajadizo, en Boca de Yuma, o en La Aleta, cerca de este lugar. En ocasiones parece haber plazas distantes de los pobla- dos, más bien centros ceremoniales sin restos claros de habitación en los alre- dedores, como acontece con el complejo de plazas de Utuado, en Puerto Rico, o con la enorme plaza circular llamada «Corral de los Indios», en San Juan de la Maguana. Mark Harrington informa sobre algunos lugares similares para el oriente y centro de Cuba. La demografía era variable. Arqueólogos del área han supuesto la posibilidad de poblados mayores de mil personas para sitios muy densos.

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