Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

Historia general del pueblo dominicano 23 P recedentes Hasta el momento en que se definieron los contenidos de la Historia ge- neral del pueblo dominicano, prácticamente todos los intentos de plasmar una síntesis global del proceso histórico del país habían sido emprendidos por autores individuales o bien, excepcionalmente, por equipos reducidos. Es decir, para 2008 no existía un precedente de obra colectiva acerca de la historia dominicana, compuesta sobre la base de aportaciones de autores di- versos, responsabilizados de capítulos temáticos. Labores de tal género solo se han producido en torno a temas o períodos específicos, casi todas en dé- cadas recientes. 1 Otras compilaciones no han obedecido a ningún tema, sino a factores accidentales o a la libre elección de los autores. 2 Pero incluso estas empresas han sido escasas en un medio en el que normalmente la tarea de los investigadores ha sido puramente personal y aislada. Años después de iniciados los trabajos de esta colección apareció el único antecedente de elaboración colectiva que apunta al proceso histórico domi- nicano como un todo: el compendio en un tomo de varios autores, coordina- do por Frank Moya Pons. 3 Por tanto, exceptuando el título recién citado, el principal tipo de precedente de esta colección estaba dado por las síntesis de autores individuales que han tenido por objeto el decurso desde la llegada de los españoles. Salvo contadas excepciones, tales textos comenzaron a publi- carse o a escribirse después de 1865. Los anteriores no llenaban ese requisito, aunque algunos apuntaban a él. La aparición de las primeras síntesis globales no fue ajena a la cristalización de la conciencia nacional, aunque los intelectuales conservadores no la asumie- ran de manera deliberada. El momento fundador de este nivel de elaboración se produjo con la Historia de Santo Domingo , de Antonio del Monte y Tejada, cuyo primer tomo apareció en Cuba en 1854. Los únicos antecedentes publicados anteriormente eran las obras de Antonio Sánchez Valverde y Méderic Moreau de Saint Méry, aunque no se trataba exactamente de tratados, sino más bien de compendios basados en un marco geográfico y una reflexión cultural. 4 La constitución de una bibliografía histórica de connotación nacional se produjo con la obra de José Gabriel García. Este concentró su actividad pre- cisamente en la elaboración de una síntesis, desde la sociedad aborigen hasta su época. 5 Otros esfuerzos se emprendieron, aunque no con igual resultado, como las anotaciones de Manuel Rodríguez Objío acerca de la reformulación de la historia dominicana a través del prisma nacional. Pero esta obra permaneció inédita y, por tanto, sin consecuencias. 6

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