Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

Los taínos y otras culturas neolíticas 232 Para encender el fuego frotaban dos trozos de madera o bien una vara sobre piedras ahuecadas y con yesca alrededor. O bjetos de uso , subsistencia Las casas taínas, a veces para familia extensa y otras para familias nuclea- res, tenían pisos de tierra apisonada, y zonas en donde la ceniza revela fogones indistintamente. Una casa taína poseía vasijas de barro, guayos o ralladores de piedra o madera para desmenuzar la yuca, cibucanes para exprimir la yuca, azagayas, redes, macutos para la carga, hachas petaloides para uso en la agricultura, canastas, recipientes de calabazas, coas o palos para plantar, los ídolos o formas religiosas, hamacas para el descanso, tinajas para el agua. Muchos de estos objetos eran totalmente de uso cotidiano. Algunos eran objetos de uso ocasional y otros, como amuletos, collares, sellos para decorar el cuerpo y dujos o asientos, eran fundamentalmente ceremoniales. V ida ritual Los taínos alcanzaron un alto grado de ritualidad. Llegaron a tener nume- rosos dioses dentro de creencias animistas no del todo unificadas. Es evidente que algunos dioses pertenecían al panteón total, pero otros no. El más aprecia- ble fue el dios de la yuca, llamado indistintamente Yocahú, Yocahú-bagua-ma- orocoti , y Yuchaú-gnamá . Se representaba por una figura de tres puntas, que tenía además la fortaleza de hacer más abundante la cosecha. Arqueológicamente es llamado «trigonolito» y representa figuras antropomorfas (humanas), zoo- morfas (animales) y antropozoomorfas (mezcla de hombre y animal), lo que revela la diferencia de las creencias en torno al dios. Su decoración es variada y a veces compleja. El animismo de los taínos se caracterizaba por la presencia de dioses particulares, familiares, clánicos. En términos generales, sin embargo, había deidades ya consolidadas como figuras míticas. Los dioses de la cultura taína podían tener nombres colectivos, posiblemente representativos de las cualidades que los adornaban. Así, la madre de Yocahú-bagua-ma-orocoti, dios de la yuca, tenía varios nombres que eran, según Fray Román Pané: Atabex,

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