Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

La conquista y la implantación de los españoles 256 ¿Qué había pasado durante su viaje en la ciudad? Las fuentes callan so- bre este período tan crítico. Es de suponer que se fueran endureciendo las condiciones de vida de los colonos y que, con ello, aumentaran las tensiones en ausencia del jefe supremo. Las cartas enviadas con Torres a primeros de abril de 1495 llevaron a España nuevas alarmantes, como que algunos hom- bres, como el gallego Loazes, habían muerto de hambre en las Indias por el «mal recaudo» que habían tenido Juan de Oñate y otros mozos de Alonso Sánchez de Carvajal en la distribución de los víveres. 73 Los Reyes, enterados de que, durante la ausencia de Colón, «no se repartieron los mantenimientos a la gente que ha estado y está en ella como debía, y que por cualquier delito que cualquier de ellos cometían se les quitaba el mantenimiento, de lo cual muchos de ellos peligraban», dieron el 1 de junio de 1495 un seco aviso al Almirante: todas las personas debían recibir cada 15 días la austera tasa fijada por la Corona, 74 consistente en cinco celemines de trigo, media arroba de vino, cuatro libras de tocino, una libra de queso, medio azumbre de vinagre, medio cuartillo de aceite, un cuartillo de habas, amén de tres libras de pescado seco y medio quintal de bizcocho al mes. En compensación, en esos meses le llegó a Colón un refuerzo importante: el 28 de julio de 1494 75 arribó a la Española, al mando de tres carabelas, su hermano Bartolomé, un hombre alto y recio, menos inteligente pero más vivi- dor y expeditivo: como que, al pasar por la Gomera se apropió por las bravas de 100 cabezas de ganado ovejuno pertenecientes a Beatriz de Bobadilla –la supuesta enamorada de D. Cristóbal–, para llevárselas a la Isabela. 76 Huelga decir que Bartolomé se convirtió en el brazo derecho del Almirante que, aun sin tener atribuciones para ello, lo nombró Adelantado de las Indias, cargo que, tal vez a regañadientes, ratificaron los Reyes el 22 de julio de 1497. Con este incremento sustancial del papel que jugaba la familia Colón se acentuó todavía más la división entre los partidarios y los enemigos del virrey: cuan- do emprendieron el segundo tornaviaje las carabelas que habían traído a D. Bartolomé, ya se había producido de manera definitiva una ruptura sonada entre los propios dirigentes de la colonia. El primer levantamiento Antes del 2 de febrero de 1494 77 –la fecha del tornaviaje de Torres– tuvo Colón el primer enfrentamiento con sus hombres: se le insolentó, como hemos visto, el contador Bernal Díaz de Pisa 78 quien, blandiendo una lanza en la mano y al grito de «Viva el rey», trató de apoderarse de las cinco naves que habían quedado ancladas en el puerto con el propósito de regresar sin más

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