Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I
Introducción: propósitos y perspectivas 26 E l estado de los temas y las fuentes En rigor, esta colección no puede aspirar a incluir la vastedad de temas de la historia dominicana que ya han sido abordados por los historiadores. La orientación, definida en la Normativa que sirvió de fundamento, radica en ofrecer una visión de conjunto, sustentada en un recorte de temáticas con- sideradas relevantes. En sentido inverso, la posibilidad de que estas puedan recuperarse depende de la existencia de monografías. No es el caso para una multitud deseable de aspectos del proceso susceptibles de engrosar pers- pectivas totalizantes. Una posible solución para superar parcialmente esta limitante consiste en acudir a las fuentes cuando no haya suficientes contri- buciones sobre determinados aspectos. Sin embargo, no se depositaron ex- pectativas en ese procedimiento, pues hubiese requerido tiempo y esfuerzos que escapan al diseño trazado. Desde luego, lo deseable es que los capítulos se apoyen en la producción bibliográfica existente y en fuentes publicadas o inéditas, en la medida de las posibilidades y de las exigencias en cada caso. La Historia general del pueblo dominicano se inscribe en la situación de la historiografía dominicana y de la edición de fuentes que la hacen factible, aunque al costo de todavía dejar fuera temáticas relevantes, conforme a pre- ceptos metodológicos vigentes. Conviene, por consiguiente, caracterizar en breve la situación bibliográfica en términos generales. Como se ha expresado y se retoma en el capítulo siguiente, dedicado a Historiografía, hasta la conclusión de la tiranía trujillista, salvo excepciones, la generalidad de los tratados se concentraba en temáticas políticas o cultu- rales. Antes de la llegada de Trujillo incluso se referían casi con exclusividad a las décadas centrales del siglo xix o aspectos de la colonia. Fue excepcional que se lograra un amplio espectro de publicaciones sobre un tema, como fue el de la Iglesia Católica, a partir de la obra de Carlos Nouel. 20 De todas maneras, interesó siempre a los historiadores tradicionales escarbar en los orígenes coloniales, lo que se plasmó en estudios sobre aspectos institucio- nales, biográficos, políticos, militares y culturales. Tales intereses ganaron cuerpo durante el periodo de Trujillo, ayudados por la creación o fortaleci- miento de instituciones, como la Universidad y la Academia Dominicana de la Historia, y la exacerbación de tendencias conservadoras. Como se ha visto, se amplió notoriamente la edición de fuentes, antes reducida a escasísimos precedentes de bastantes cortos alcances, como hicieron Antonio Del Monte y Tejada, José Gabriel García, Emiliano Tejera, Américo Lugo y Máximo Coiscou Henríquez. 21 Los tratados y las fuentes apoyaban la posibilidad de
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