Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

Historia general del pueblo dominicano 267 que el Andalucía» cubierta de yerba alta y espesa, en cuyos límites, lejanos, se divisaban unas montañas altísimas, hasta llegar a un lugar –Yamahuix– en el que los caballos no pudieron ir más adelante por la fragosidad del suelo. Allí, junto al río Jánico, decidió el virrey levantar el fuerte de Santo Tomás, en el que dejó como alcaide a Pedro Margarit con 60 hombres 142 y los albañiles y carpinteros necesarios para construir un edificio seguro y capaz de albergar a 25 hombres. El trabajo se acabó en brevísimo tiempo, pues, como escribió Colón a los Reyes, antes de abril de 1494 el fuerte, que comprendía varias casas, ya estaba cercado por un foso de 18 pies de ancho por 20 de alto y disponía de una galería cubierta (la «coracha») por la que se podía llegar hasta el río. Apenas había regresado a la Isabela el 29 de marzo, cuando el 1º de abril llegó carta de Margarit pidiendo refuerzos: Caonabo se aprestaba a atacarlo, como al parecer sucedió. 143 Fuera por enojo o por justo arrepentimiento, el caso es que al virrey se le ocurrió la malhadada idea de destituir al catalán y dar la alcaidía de la fortaleza de Santo Tomás a Alonso de Ojeda. Dicho y hecho. El 9 144 de abril de 1494 salió Ojeda a incorporarse a su nuevo destino al frente de una tropa de 250 escuderos y ballesteros, 110 espingarderos y 16 jinetes, llevando instrucciones muy precisas para mosén Pedro. Durante la marcha ocurrió un desagradable incidente: una vez cruzado el río del Oro, en represalias por los robos hechos a tres cristianos enfermos, Ojeda, por or- den del Almirante –dado que era preciso evitar que los indios «se abezen a hazer ruindades»–, cortó las orejas a los dos ladrones, los dejó atados en la picota y ató y envió prisioneros a su cacique, a su hermano y a su sobrino a la Isabela. 145 En prueba de buena voluntad, el Almirante los puso en libertad no sin hacerse antes de rogar. Estaba claro el plan ideado por Colón para acabar con los focos de resis- tencia indígena y mantener en paz el Cibao y aun toda la isla: una vez llegada al fuerte de Santo Tomás, la tropa enviada con Ojeda se habría de dividir en tres cuerpos, 146 para desplegarse sin duda por los tres puntos cardinales: 147 Margarit, al mando de una de esas unidades, habría de internarse hacia el me- diodía a partir de Yamahuix, donde el camino comenzaba a ser intransitable para los caballos; 148 Pedro, un sobrino de Juan de Luján, como sabemos por una noticia posterior, 149 fue hacia el este, hallando la provincia de Feyti; igno- ramos qué capitán se dirigió al oeste. El primer objetivo asignado a Margarit era la captura de Caonabo, el jefe más osado y aguerrido de aquella parte y el presunto culpable de la matanza de La Navidad. Las instrucciones que dio el Almirante a mosén Pedro para apresar al cacique demuestran más ingenio que escrúpulos: a Caonabo había que mandarle sucesivas embajadas hasta

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