Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I
Historia general del pueblo dominicano 277 firmaron conjuntamente D. Juan Rodríguez de Fonseca y el Almirante con un matrimonio de Triana, Antón Mariño e Inés Núñez, el 1º de enero de 1498 para proveer de bizcocho a los colonos. 200 Fundación de Santo Domingo Tan pronto como pudo emprendió D. Bartolomé la búsqueda de un em- plazamiento para fundar la ciudad que le había encomendado su hermano. No importa si fue Miguel Díaz quien, a instancias de su amante la cacica Catalina, le señaló el lugar próximo a las minas de oro o si ya el Adelantado en alguna de sus campañas por el sur de la isla había pensado en instalarla en aquel solar, a orillas del río Ozama. 201 G. Fernández de Oviedo, 202 equivo- cando el año, apuntó que el Adelantado trasladó la Isabela al nuevo solar el domingo 5 de agosto de 1494; el 5 de agosto de 1498, que sí cayó en domingo, es una data demasiado tardía, pues todo apunta a que en el lugar elegido se empezó a construir en 1496. En cuanto al nombre dado a la nueva villa, bien pudo deberse a que B. Colón llegó a ella en domingo 203 o bien a que la víspera era el día en que la Iglesia celebra a Santo Domingo de Guzmán, nombre del padre de los hermanos Colón. Parece que el Almirante, como señaló Las Casas, 204 quiso que la fundación se llamase la Isabela Nueva. El emplazamiento parecía óptimo. Además de la cercanía de las tan buscadas minas de oro al oeste, el puerto, amplio y de suficiente hondura, permitía la llegada de los navíos desde la Península, mientras que la exis- tencia de fuentes de agua dulce en el norte y las plantaciones de conucos a ambas riberas del Ozama garantizaban el abastecimiento. Las escasas fuentes de que disponemos no nos permiten conocer con exactitud el trazado de la ciudad, que ya en 1500 contaba con una fortaleza de piedra, que servía tanto de almacén como de cárcel y residencia de los Colón; una iglesia frente a una plaza, donde debía de estar colocado el rollo, y unas pocas casas, la mayoría cubiertas de paja. El 12 de septiembre de 1504 un huracán derribó la mayor parte de las viviendas, lo que dio motivo a Ovando para trasladar la ciudad a la otra orilla del río. Cuenta Fernández de Oviedo que entonces «se comen- zaron a edificar y labrar casas de piedras y de buenas paredes y edificios», prueba evidente de que las anteriores debían de ser míseras. 205 Luchas contra los indios La tenencia del Adelantado incrementó los problemas a todos los niveles, de suerte que la vida en la Española se fue haciendo cada vezmás insoportable.
RkJQdWJsaXNoZXIy MzI0Njc3