Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I
Introducción: propósitos y perspectivas 28 cubierto parcialmente con los estudios realizados por investigadores de otros países, sobre todo de España, Puerto Rico, Estados Unidos y Francia; pero los primeros se han circunscrito al mundo colonial desde un enfoque ma- yormente tradicional, mientras los norteamericanos atienden sobre todo el siglo xx , junto a eventuales antecedentes en las postrimerías del siglo anterior. En buena medida, si bien se ha logrado dar respuesta a temáticas de historia política o relativas a momentos activos de cambios, ha sido en detrimento de zonas «ocultas», que requieren estudios con más posibilidades de profundizar en relaciones sistemáticas. En consecuencia, queda el balance de períodos y zonas de importancia todavía sin tratar. Es el caso de los siglos xvii y xviii , aunque también de los dos siglos ulteriores, en temas como la ocupación haitiana de 1822. De muchos de estos períodos ni siquiera se ha hecho un levantamiento de fuentes. Para la generalidad de los historiadores dominicanos, todavía perma- necen amplias áreas no tocadas de los fondos documentales disponibles. De igual manera, otras que han sido objeto de consulta pueden arrojar conse- cuencias de envergadura para peldaños sucesivos de los estudios históricos. En el Archivo General de la Nación (AGN) existe un abanico de materiales que permiten la apertura de terrenos inéditos, sobre todo desde mediados del siglo xix . 22 Por consiguiente, concomitantemente con las investigaciones históri- cas, está pendiente la tarea la edición de nuevas fuentes o la preparación de instrumentos de referencia para su consulta; es necesario que especialistas archiveros e historiadores preparen corpus sobre períodos y temas o, por lo menos, guías descriptivas. 23 En la última década se ha facilitado el acceso a fuentes, sea por la reorganización del Archivo General de la Nación, la ley de acceso de la información o la reproducción de fuentes guardadas en archivos del exterior, sobre todo España y Estados Unidos. 24 En primer término, habría que montar programas de investigación que tengan como base empírica la explotación de fondos, subfondos o series del principal repositorio dominicano, como pueden serAlcaldías, Ayuntamientos, Interior y Policía, Agricultura o Protocolos Notariales. No hay que abundar acerca de su importancia para el abordaje de los temas referidos. Existe en el país un espectro de archivos públicos y privados que brindan amplias posi- bilidades a la investigación histórica, tales como los miles de libros de pro- tocolos notariales diseminados por todo el país. En los archivos municipales permanecen materiales de enorme importancia que, por razones variadas, no fueron trasladados al AGN cuando lo dispuso el gobierno de Trujillo, conforme a la ley que creó la institución en 1935. Con más fuerza esto es aplicable a
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