Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I
Historia general del pueblo dominicano 287 levantamiento de Roldán. Dos meses más tarde, el 21 de mayo, se emitieron dos nuevas provisiones. En la primera, se comunicaba a los habitantes de la Española que el comendador Francisco de Bobadilla había sido nombrado gobernador. Para nada se mencionaba a los Colón. Eso sí, si el gobernador de- cidiese que alguna persona debiera salir de las Indias y ser enviada a Castilla, «que lo él pueda mandar de nuestra parte que los haga de ellas salir». La se- gunda provisión iba enderezada a Colón –que, por primera vez, no recibe más tratamiento que el de «nuestro Almirante del mar océano»–, a sus hermanos y a quienes tuvieran alguna autoridad en las Indias ordenándoles entregar a Bobadilla todas las fortalezas, casas, naves, armas, pertrechos, caballos y ganados; y concluía: «lo cual todo vos mandamos que hagas, so pena de caer en mal caso, y en las otras penas y casos en que caen e incurren los que no entregan fortalezas y otras cosas, siéndoles demandadas por su rey e reina y señores naturales». Cinco días más tarde, el 26 de mayo, los Reyes redactaron una carta para Colón que debía de entregarle personalmente Bobadilla a su llegada a las Indias. Una misiva, muy breve, en cuyo encabezamiento también se omite el título de virrey y en la que simplemente le anuncian: «Nos habe- mos mandado al comendador Francisco de Bobadilla, llevador de esta, que vos hable de nuestra parte algunas cosas que él dirá: rogámosvos que le deis fe y creencia y aquello pongáis en obra». Ello significaba ni más ni menos la destitución del virrey. El montaje jurídico ya estaba armado. Todo estaba en regla e incluso Bobadilla recibió 90,000 maravedíes por medio año adelantado de sueldo. Sin embargo, pasaban los meses y el recién nombrado gobernador no recibía la autorización para partir. Un año entero estuvo detenido Bobadilla en España: quizá los Reyes esperaban ansiosos buenas noticias, confiando en que Roldán hubiese sido sometido y ya no hiciese falta el envío de un juez pesquisidor. La lentitud del despacho en el envío de Bobadilla alentó los rumores. Fue entonces cuando, por primera vez, se dijo que Colón y sus hermanos querían entregar las Indias a los genoveses, a un príncipe extranjero. Una acu- sación durísima. Es verdad que el Almirante en sus negocios trató siempre con banqueros genoveses y florentinos y que sus íntimos fueron extranjeros, pero de ahí a pretender que les pensaba entregar las Indias hay un abismo. Sin embargo, los rumores hicieron mella y tanto Andrés Bernal 235 como Las Casas y G. Fernández de Oviedo se hicieron eco de tales voces. 236 Otro asunto vino a entorpecer su mala fama. Los colonos no habían co- brado sus sueldos pese a sus quejas, que dieron lugar a un abundante número de cédulas dirigidas conjuntamente al Almirante y al gobernador ordenándo- les que se efectuaran los pagos. El Almirante debía de abonar los salarios a
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