Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

La conquista y la implantación de los españoles 302 13 Décades , I 1, 13, Cartas , p. 48. 14 Textos, doc. VIII, p. 235. 15 Cf. J. Gil, Columbiana , p. 271 ss. 16 Sobre Chanca cf. C. Varela, Cristóbal Colón y la construcción , pp. 347 y ss. 17 Libro de Marco Polo , I 62. Al margen de este pasaje, en el f. 23r de su ejemplar, anotó Colón: ubi falcones nascuntur . En 1493 el Almirante advirtió la presencia de halcones neblíes sobre todo en la Guadalupe ( Textos , doc. VIII [p. 241]; H. Colón, Historie , 46 [I, p. 270]; cf. Cúneo, 12 [ Cartas , p. 248]). 18 Andrés Bernal, Memorias , 120 (p. 303). Sobre Hormicedo, véase ahora Textos , doc. XIII (p. 289). 19 Textos , doc. XIV (pp. 324-25). 20 Cf. J. Gil, Los conversos , V, p. 139. 21 Cf. J. Gil, Los conversos , IV, p. 390. 22 I. Szaszdi León-Borja («Compostela de Azua y el Comendador gallego, un contino entre África y las Indias. El inicio de la encomienda indiana», Iacobus 23-24 [2008]) ha trazado la biografía del comendador, desde 1499 contino de la reina, que se llamaba en realidad Gabriel Varela. Volvió a España en 1496, siendo padrino del indio Cristóbal en Guadalupe el 19 de julio de 1496. Intentó en 1501 que se le diera una encomienda de la Orden de Santiago en la Española (¿en Azua?), a lo que Ovando se negó. 23 Historia , I 82 ( BAE 95, p. 244). Es notable que el dominico no mencionase en esta lista a García Troche, que pronto habría de hacerse un nombre en la isla de San Juan, y eso de que se jactó de que hubiesen pasado su tío, el capitán Francisco de Peñalosa, y su padre, Pedro de las Casas. 24 Sobre fray Boil y los mínimos en América cf. los excelentes trabajos de F. Fita en el Boletín de la Real Academia de la Historia , 19 (1891), pp. 173 ss., 234 ss., 267 ss., 354 ss., 557 ss.; 20 (1892) pp. 160 ss., 179 ss., 573 ss.; 22 (1893) pp. 373 ss.; Josep M. Prunés, O.M., «Bernard Boil, primo delegato apostolico nel Nuovo Mondo», Bollettino Ufficiale dell’Ordine dei Minimi , 47, 1999, pp. 105-29 y «Los mínimos y América (esbozo históri- co)», ibidem , 49 (2001) 104-26. 25 La historiografía hasta época muy reciente fue de la opinión contraria: «not a single woman was taken aboard the fleet», escribió Morison, Admiral , p. 397. 26 Cf. J. Gil, Columbiana , p. 328 ss. A una mujer «que de Castilla acá venía» se refirió Colón en Textos , doc. VIII, p. 238. Es sorprendente una noticia de H. Colón, Historia , 60, II, p. 26: que en 1495 solo había 630 españoles en la isla, de los cuales muchos eran mujeres y niños («e molti di lor donne e fanciulli»). Ha de ser un error de traducción por parte de A. Ulloa. 27 Cf. Textos , doc. IX (p. 263): «al dicho mosén Pedro» –escribe Colón– «que es casado y tiene fijos, le provean [los Reyes] de alguna encomienda en el Orden de Santiago…, por que sumu- jer e hijos tengan en qué vivir»; «algunos oficiales…, como son albañiles y de otros oficios…, son casados y tienen sus mujeres allá [en España]», dice más adelante ( ibidem , p. 267). 28 Pleitos colombinos , Sevilla, 1964, VIII, p. 314. 29 Textos , doc. IX, p. 265. 30 Pedro Mártir, Décades , I 1, 13, p. 48. 31 Estuvieron presentes en la partida los dos hijos de Colón: D. Diego y D. Hernando, Historie , 44, I, p. 259.

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