Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I
Historia general del pueblo dominicano 317 lado del océano. 6 Evidentemente, nunca hasta entonces se había concebido ni, por supuesto, despachado una escuadra de tales dimensiones. Esta flota supuso un antes y un después en la colonización española del Nuevo Mundo. Atrás quedaba la fracasada factoría colombina, comenzando desde este justo instante una nueva etapa caracterizada por el poblamiento y la colonización. Esta flota respondía a un deseo de consolidar definitivamente el pobla- miento del Nuevo Mundo. No en vano viajaban todo tipo de funcionarios rea- les, artesanos, profesionales liberales, etcétera. Más exactamente encontramos entre los alistados a oficiales reales, médicos, boticarios, artilleros, carpinteros, aserradores, albañiles, vidrieros, barreros, caleros y, por supuesto, agricul- tores –todos ellos casados– para nutrir el poblamiento indiano. Asimismo, viajaban 73 mujeres, sin contar las esposas de los oficiales reales, 7 lo cual res- pondía a las necesidades de la nueva política de colonización. La escuadra estuvo formada por cuatro naos y 26 carabelas, en total 30 navíos. No obstante, hasta las islas Canarias viajó otro buque, propiedad de Alonso Médel, que tan solo fue fletado hasta ese destino. La mayoría de las naves eran propiedad de distintos vecinos de Palos, pues, no en vano, sabemos que la Corona ajustó con 11 maestres de Palos el flete de la flota a 2,000 maravedíes por tonelada. Tradicionalmente se ha sostenido, sin base documental alguna, que en la flota de 1502 se embarcaron unas 2,500 personas. En este sentido, escribió Pérez de Tudela que en la flota viajaron no menos de dos mil quinientas persona s, mientras que otro autor, un tal Trevisán, sostiene que fueron tres mil. 8 Nosotros ponemos en duda esas cifras de pasajeros a juzgar tanto por el corto tonelaje de la mayoría de los navíos fletados como por las cientos de toneladas de bastimentos y pertrechos que transportaba. No debemos olvidar que de las 26 carabelas de la flota, nada menos que 23 tenían un arqueo comprendido entre las 30 y las 70 toneladas. Verdaderos cascarones en los que los tripulantes desafiaban la inmensidad del océano. Realmente pensamos que su número debió rondar las 1,200 personas. Así, por ejemplo, si comparamos la ratio entre el tonelaje y la tripulación del cuarto viaje de Cristóbal Colón con el tonelaje de la flota de 1502 obtendremos una cifra de pasajeros de 1,145. Legalmente se estableció, en 1534, que por cada 100 toneladas de arqueo fuesen 60 hombres. 9 Si se aplica al tonelaje de la flota de Ovando daría un total de 1,173 personas. 10 Es decir, unas 1,200 personas mal contadas. Para sacar la flota del río Guadalquivir y atravesar la tristemente famosa barra de Sanlúcar se contrataron los servicios de varios pilotos especializados: Pedro López, Nuño Díez, Antón Pavón, Juan Bravo, Juan de Utrera, Francisco
RkJQdWJsaXNoZXIy MzI0Njc3