Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

La consolidación de la colonia 322 esclavizadas debieron contarse por centenares, aunque desconocemos su número exacto. 21 De poco sirvió a estos desdichados indios encomendarse a sus dioses protectores a la hora de enfrentarse a los españoles. Mientras transcurrían las campañas de Higüey y Xaragua se alzaron también los indios de Guahaba y Aniguayagua, enviando rápidamente el Comendador Mayor a Diego Velázquez y a Rodrigo Mejía de Trillo. Estas campañas duraron unos seis meses y acabaron igualmente con el ajusticiamiento de los caciques, la captura de numerosos indios como esclavos, «tomados en justa guerra», y con el sometimiento del resto de los insurrectos. La cabalgada de Aniguayagua supuso unos beneficios brutos de 2,040 pesos de oro, tras la venta en almone- da de los esclavos y de los bienes aprehendidos a los vencidos. Las guerras de Higüey y Xaragua se saldaron con la muerte de unos 7,000 taínos y con el cautiverio de varios cientos. Ovando era un profundo creyente, pero un creyente casticista típico del siglo xvi . Una época en la que la matanza de infieles, paganos o todo aquel que no pareciese cristiano estaba bien vista a los ojos de Dios. Se trataba de expandir la frontera cristiana, compensando las pérdidas a ma- nos de los islámicos y, poco después, de los protestantes. 22 No obstante, la desmesura fue tal que el propio Ovando terminó arrepintiéndose, sobre todo por las críticas que les fueron dirigidas durante el resto de su vida, e incluso, después de su muerte. 23 Sin embargo, se comportó como él creía que debía comportarse: primero, cumpliendo con la mentalidad de finales de la Edad Media, donde la expansión de la frontera estaba bien vista cos- tase el precio que costase. Y segundo, cumpliendo con el mandato regio de asegurar el territorio y rentabilizar la colonia. Ambos propósitos cumpli- dos eficazmente, pues, sus acciones fueron tan contundentes que se dice «que en breve tiempo la allanó e hizo justicia de los rebeldes y culpados». Así, en 1505 el propio gobernador declaró que la isla estaba totalmente so- metida, solicitando su retorno a Castilla porque cualquier persona que envíen bastará para la gobernar . Sin duda, las campañas contra los indios fueron relativamente rápidas y contundentes y, por supuesto, ejemplarizantes para el resto de los indios que hasta la década de los veinte no volverían a rebelarse contra el poder de los españoles. El establecimiento de la administración central El Comendador Mayor estableció un poder central liderado por él mismo y que constituyó el primer equipo burocrático del Nuevo Mundo. La muerte de la Reina, en 1504, le dio absoluta libertad para crear un poder fuerte en la

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