Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I
Historia general del pueblo dominicano 329 década del siglo xvi , la isla sufrió una agudísima crisis, causada por el final de la economía del oro y por la marcha de muchos pobladores a la Nueva España. Todo ello creo una sensación de zozobra entre la población hasta el punto que los mismos vecinos llegaron a pensar que la Española podía ser enajenada por la Corona. Por lo demás, de los tres frailes Jerónimos, solamente fray Bernardino de Manzanedo tenía una opinión favorable de la encomien- da, siempre y cuando –escribía– se cumpliesen las ordenanzas vigentes. Sin embargo, Manzanedo pronto regresó a la Península, permaneciendo en la isla fray Luis de Figueroa y fray Alonso de Santo Domingo, ambos decididos de- fensores del proyecto lascasista de pueblos tutelados. Y todo ello muy a pesar de los resultados obtenidos en el famoso interrogatorio, que llevaron a cabo a mediados de 1517, en el que nada menos que diez de los catorce encuesta- dos se mostraron radicalmente a favor del mantenimiento de la encomienda, pues, consideraban que los indígenas no estaban capacitados para vivir en libertad. 37 De los cuatro declarantes restantes, tres aseguraron que en general no eran capaces pero que alguno sí habría con más intelecto que los demás que fuese capaz de valerse por sí mismo; excepcionalmente algunos indios eran hábiles para vivir en libertad y, por tanto, en caso de ser solicitada debía concedérsele. Y finalmente, el dominico fray Bernardo de Santo Domingo, muy en consonancia con las ideas de los miembros de su comunidad, señaló la total capacidad de todos ellos para vivir en pueblos tutelados. Poco después, los Jerónimos quisieron contrastar también sus preguntas con otro franciscano, es decir, con el provincial fray Cristóbal del Río O.F.M. Este se mostró de acuerdo con los postulados de la orden dominica y abierta- mente en contra de lo que su correligionario fray Pedro Mejía había afirmado. Su opinión debió influir mucho en el ánimo de los Jerónimos que debieron ver afianzada así su idea de acabar paulatina pero también definitivamente, con la perniciosa institución. Por otro lado, casi todos los entrevistados en el interrogatorio se hicie- ron eco de un fallido experimento iniciado por el Comendador Mayor frey Nicolás de Ovando que terminó malográndose. Efectivamente, Ovando quiso comprobar las posibilidades que los indios tenían para vivir en libertad como «labradores de Castilla», seleccionando para ello a los caciques más «ladinos» que encontró. El experimento se llevó a cabo entre 1508 y 1514, año este último en el que se reconoció definitivamente el fracaso absoluto de la experiencia. Parece evidente que el experimento ovandino no obtuvo resultados positivos porque hubo conceptos básicos, de la mentalidad castellana de la época, que ni los indios más «ladinos» consiguieron asimilar. Realmente el aborigen no poseía los conceptos de la acumulación, ni de la codicia, ni del valor de las
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