Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

Historia general del pueblo dominicano 343 un grave problema a las comunidades indígenas, ya que no quedaban en ellas más que viejos, niños y mujeres preñadas de manera que «nadie podía levantar un terrón del suelo», perjudicando el trabajo en la tierra, pues, ante la ausencia de los varones, nadie la sembraba. De todas formas, y a pesar de lo comentado en las líneas anteriores, en estos años la principal causa de su descenso fue la epidemia de viruela que se desató en 1518 tras ser introducida por un navío negrero. La mortandad fue tal que, a principios de 1519, informaron los frailes Jerónimos a Su Majestad que, si duraba dos meses más, «no quedaría ningún indio con que sacar oro en toda la isla». Con todo, no podemos precisar el porcentaje exacto de víctimas, pues mientras en unas fuentes se habla de las tres cuartas partes de la población aborigen, en otras se reduce a la mitad. En cualquier caso, solo los más fuertes escaparon a la viruela y en un estado tal que, según informó el cabildo de Santo Domingo en 1519, «hasta mucho tiempo no serán de provecho». En los años siguientes hubo sucesivas oleadas de plagas: sarampión, gripe, romadizo, etcétera, que continuaron diezmando irreversiblemente a la población. En este sentido, en un pleito llevado a cabo entre 1527 y 1532, el testigo Juan Mosquera declaró que, después de la viruela, se habían desatado otras enfermedades de las que habían muerto casi todos los naturales «y se mueren de cada día, aunque bien los traten». A partir de este último año, la mortalidad se redujo bastante por diversas circunstancias: primero, por los efectos de la política proteccionista de los Jerónimos, continuada con no demasiada fortuna por Rodrigo de Figueroa. Y segundo, porque progresi- vamente el indio dejó de tener interés económico, sustituyéndose su fuerza laboral por la del esclavo africano. Pese a todo, ya en 1529, estaba en claras vías de extinción, de manera que en los ingenios y en las haciendas de esta isla trabajaban, en 1533, más de 2,000 negros y tan solo varios centenares de indios, la mayoría de ellos esclavos, capturados en las armadas de rescate. Por último, en 1547 informaba el doctor Montaño que no había en toda la isla ni siquiera 150 indios, incluida la ciudad de Santo Domingo donde no llegaban a treinta pese a tener la mayor concentración de ellos. Esclavitud y armadas de rescate Desde un primer momento, las autoridades de la colonia vieron con naturalidad que los indios alzados pasasen a ser esclavos. Ya Nicolás de Ovando esclavizó a varios cientos, quizás miles de taínos alzados en Xaragua e Higüey. Sin embargo, pronto se vio que no iban a ser suficientes, por lo que

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