Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

La consolidación de la colonia 366 de dianas, que se celebraba los domingos después de la misa matinal en la fortaleza de Santo Domingo. Allí competían de forma separada arcabuces y ballestas, premiándose al que más dianas acertase en cada especialidad. De esta forma se conseguía un doble objetivo: por un lado la diversión y por el otro el perfeccionamiento de la puntería. C onclusiones Los veinte primeros años del siglo xvi fueron cruciales en la historia de la colonia. En esos años se hizo viable una colonización que había arrojado muchas dudas en la etapa anterior. ¿Habría factorías como las portuguesas o colonias de población? Finalmente se optó por este segundo modelo. No obstante, el sistema socioeconómico que consolidó inicialmente la co- lonia se manifestó a corto y medio plazo inviable. La Española, conocida en los primeros años de la colonización como «la isla del oro», centro neurálgico de la colonización hispana, se encontraba exhausta a finales de la segunda década del siglo xvi . La economía de aquel territorio, epicentro de los sueños áureos de los hispanos, se mostró mucho más efímera de lo imaginado. Los lechos de los ríos y los placeres auríferos agotaron sus pequeñas reservas de oro, la mano de obra indígena se esfumó en poco más de veinte años y los propios hispanos decidieron buscar fortuna en otros territorios más prometedores. En definitiva, el modelo económico basado en la explotación del oro se acabó. Para colmo, el atractivo de Nueva España pronto comenzó a suponer una auténtica sangría para la isla que veía cómo, año tras año, especialmente en la tercera década del siglo xvi , perdía una buena parte de su población. Otros, como el rico encomendero y productor de azúcar de Puerto Plata, Francisco de Caballos, decidieron vender cuanto tenían y marchar a Sevilla, desde don- de siguieron negociando con el Nuevo Mundo. Los pocos valientes que decidieron quedarse tuvieron que evolucionar rá- pidamente, transformando en un tiempo récord la estructura socioeconómica de la isla. A partir de los años veinte la economía se fundamentó en la planta- ción de caña y en la producción de azúcar. Ello, unido con el comercio, la trata de esclavos y la venta de cueros vacunos constituyó en las siguientes décadas la base de su nuevo ciclo económico. Del ciclo del oro se pasó al ciclo del azúcar. Hubo otros daños colaterales irreversibles, como las alteraciones am- bientales producidas por la introducción de animales y plantas de la vieja

RkJQdWJsaXNoZXIy MzI0Njc3