Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I
Historia general del pueblo dominicano 37 como presupuesto un marco integrado. Como se trata de una tarea deseable y consustancial al proceso de investigación, su logro será parcial, al igual que todo conocimiento, dependiendo de la calidad de los aportes de los autores. Esta problemática remite en cierta manera a orientaciones de la historio- grafía occidental que han marcado grandes etapas en su desarrollo. Acaso el punto medular que ha estado presente en el debate efectivamente se refiere al objeto en sí de lo histórico. La historiografía greco-romana y la renacentista hi- cieron equivaler el contenido de la historia con la acción política de los indivi- duos, posición luego recuperada por el grueso de la historia académica desde el siglo xix . 29 Contrariamente, se manifestaron, en primer término, los filósofos de la historia de la Ilustración, para quienes su sustancia radicaba en la suma- toria cultural del conjunto de la humanidad, y a partir de ese aspecto propug- naron por subordinar los fenómenos políticos a los «hechos de civilización» condensados en «el espíritu», quintaesencia de la cultura y la existencia hu- mana. 30 El materialismo histórico asumió una variante de esta reacción, pues reconoce el fenómeno político, aunque lo subordina a determinantes en las relaciones económico-sociales, explicativos de la configuración de los sujetos en la lucha de clases, meollo de lo político. 31 La escuela de los Annales, por el contrario, extremó la crítica de la historiografía académica mediante la volun- tad de borrar el Estado y la narración de hechos políticos como recurso para acceder al estatus de ciencia social que permitiera el conocimiento sistemático de la trayectoria de la humanidad. 32 Del propio seno de los continuadores de esta escuela, en buena medida reagrupados en la «Nouvelle Histoire», se han derivado correctivos que postulan la validez del recurso al acontecimiento 33 y la revalorización del análisis político como una de las claves de intelección del pasado, 34 aunque algunos de esos autores se adscribieron a la recusación de los «metarrelatos» y las «ideologías», que implica una negación en bloque de la historiografía moderna. El «giro lingüístico» ha sido uno de los corolarios dentro de la disciplina de la negación de lo social. 35
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