Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I
El sector azucarero 376 la población blanca que vivía en la isla. El hecho de que la construcción de un ingenio demandara importantes recursos económicos impedía que los sectores medios de la población española pudieran integrarse en un nuevo modelo productivo. Esto originó, por un lado, el fortalecimiento de la alta burocracia colonial, y, por el otro, la disminución del poder adquisitivo del resto del conglomerado peninsular. Otro fenómeno ocasionado por las rivalidades económicas fue la emi- gración, más acentuada entre los sectores que hasta ese momento habían sido menos beneficiados, o los que participaban en desventaja en la repartición de las riquezas. Aquellos que no pudieron salir de la isla se vieron obligados a buscar otros medios de subsistencia. La ciudad de Santo Domingo, por ser el centro neurálgico de la economía, fue el lugar donde se concentró el mayor número de pobladores, aflorando así gran cantidad de pequeños talleres artesanales entre los cuales los más abundantes eran los zapateros, albañiles, carpinteros, sastres, etcétera. Junto a tales actividades se desarrolló un tipo de economía agrícola a pequeña escala, concentrada en los cultivos de maíz y yuca, así como otros productos. Igualmente se intensificó la crianza de cerdos, ovejas, caballos, el ganado vacuno, gallinas, etc., que servían de alimento a la población blanca. 4 De la misma manera se negociaba con las ropas y alimentos que necesitaban los esclavos. La venta de estos productos se realizaba en las ciudades más pobladas como Santo Domingo, La Vega, Santiago y Puerto Plata, entre otras. Asimismo eran exportados a otras islas comarcanas, principalmente Puerto Rico y Cuba. Todo este complejo sistema hizo posible la instauración de la economía azucarera. Los grupos que sustentaban el poder invirtieron sus capitales en la construcción de ingenios y trapiches, mientras los sectores menos favorecidos en la repartición de riquezas se dedicaron a negocios poco lucrativos, sobre todo los ligados al comercio local. I ntroducción de las primeras cañas Las primeras cañas fueron llevadas a la Española probablemente proce- dentes de Madeira, isla con mucha tradición en el cultivo de esa gramínea y donde el Almirante hizo su última escala antes de partir en su segundo viaje a las Indias en el año de 1493. Los primeros esquejes fueron sembrados en
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