Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

El sector azucarero 384 ya para 1520 se había asociado con otros genoveses y colonos peninsulares residentes en Santo Domingo para construir un ingenio. Además de invertir directamente en la fabricación de ingenios, los genoveses se dedicaron a la concesión de préstamos para el negocio del dulce. La rentabilidad de estos préstamos estaba garantizada por los altos intereses que percibían y por la bonanza que comenzaba a experimentar la empresa del dulce. Entre las familias más importantes que incursionaron en el negocio azucarero estaban, además de los Centuriones, los Vivaldo, Justinián, Grimaldi, Castellón, Forne y Basinana. Gracias a este núcleo de financieros y comerciantes, la economía azuca- rera experimentó un fuerte desarrollo, aunque también se produjo el mayor endeudamiento conocido en la isla hasta entonces. Además de las deudas contraídas por los colonos de la Española con los genoveses, también se endeudaron con los empresarios y comerciantes de Sevilla, sobre todo con la familia Jorge, una de las más importantes en aquella ciudad. L as primeras sociedades mercantilistas creadas en la E spañola Pese a que la inversión inicial para la construcción, tanto de ingenios como de trapiches, era considerable, no fue tan elevada como se ha afirmado, por lo menos durante los primeros años de instaurada la economía azucarera. Según refiere el cronista Gonzalo Fernández de Oviedo, uno de los que ha dado cifras concretas sobre el tema, para la construcción de un ingenio se requería una inversión que rondaba los 10,000 y 15,000 ducados. 39 Esta esti- mación resulta un poco exagerada, como se verá a continuación. Según las declaraciones que al respecto ofrecen el licenciado Pedro Vázquez y su compañero Diego de Morales, asociados en 1519 para construir un ingenio de agua, la inversión no pasó de 800 castellanos, incluyendo la compra de la rueda del molino, así como los ejes, prensas, bancos, cobres y hornallas. Igualmente adquirieron cinco mil formas y doscientos signos para la elaboración del dulce. La misma fuente refiere que en la cantidad de los 800 castellanos estaba incluida la construcción de la casa de purgar, hecha de madera y paja. Además de lo antes señalado, compraron siete suertes de caña y un cacique con sus indios. En torno esto, el mismo Pedro Vázquez llegó a afirmar que:

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