Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

Historia general del pueblo dominicano 395 anualmente hacia Sevilla más de 100,000 arrobas. Esto no incluía los azúca- res vendidos directamente por los mismos productores en el distrito de la Audiencia o que salían de forma fraudulenta, y que en la mayoría de los casos multiplicaban varias veces las ventas oficiales. 88 Hacia finales de la segunda mitad de ese periodo las exportaciones deca- yeron en más de un 80%. 89 Ahora bien, esto no quiere decir que en la isla no se estuviera produciendo, sino que había otro tipo de comercio, sobre todo el ejercido mediante contrabando con los franceses, holandeses, flamencos e ingleses. L as fuerzas productivas La crisis creada en SantoDomingo a raíz de la disminución de la población nativa alentó a los sectores más poderosos a involucrarse en nuevos proyectos socioeconómicos. La élite burocrática y algunos empresarios peninsulares que disponían de recursos necesarios, reiniciaron el tráfico de esclavos indios a la isla; esta actividad fue suspendida por orden de los frailes jerónimos en 1516. Las costas de Tierra Firme, Cumaná, la isla de Trinidad o las Lucayas fue- ron los lugares más frecuentados por los armadores. Esto se debía a que eran zonas frecuentadas por los indios caribes, únicos a los que estaba permitido esclavizar por ser belicosos y por los perjuicios que causaban a los cristianos. Los años de mayor movimiento fueron de 1514 a 1524. Durante esa década los propietarios de armadas prepararon unas 68 expediciones hacia los lugares antes mencionados, trasladando a Santo Domingo algo más de 1,000 esclavos. Ahora bien, esta cifra no refleja la realidad del negocio, pues un gran número de barcos salían a rescatar de forma clandestina, sin dejar ninguna constancia escrita. Una parte de los indios llevados a Santo Domingo durante esa década resultaron claves para el despegue y sostenimiento de la plantación azu- carera. Un ejemplo claro de ello se advierte en una de las fuentes más im- portantes sobre la empresa azucarera de Santo Domingo: nos referimos al libro de cuentas del ingenio «Santi Espíritus», propiedad de una compañía compuesta por capitales genoveses y peninsulares. Durante la década de los veinte ese ingenio contaba con una población indígena de más del 65%, ma- yoritariamente procedente de las armadas. En cambio, los esclavos negros apenas superaban el 32%. Por su parte, los blancos estaban representados con el 3%.

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