Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

Historia general del pueblo dominicano 415 vecinos denunciaban que los señores de ingenios acaparaban los alimentos para su abastecimiento, dejándolos únicamente con lo imprescindible para el con- sumo. Estaprácticaprovocó el encarecimientode la vidade las ciudades.Además, los productos había que pagarlos en buena moneda, que no todos tenían. Todo se agravó hacia finales de la década de los sesenta, cuando una plaga de gusanos atacó las cosechas de yuca y maíz, principales productos en la dieta diaria. A raíz de este desastre se inició un proceso migratorio cada vez más acentuado. Según el presidente de la Audiencia, de no haber sido por la prohibición de abandonar la isla sin autorización previa, esta hubiese quedado despoblada. Refiriéndose al estado de despoblación, Fray Andrés de Carvajal, arzobispo de Santo Domingo, dijo que los lugares en que antes solía haber más de 500 vecinos no tenían más de 30 personas. Evidentemente se trata de una exageración de prelado. 113 Otro fenómeno que incidió de manera determinante en la crisis fue la caída de la moneda. La mala moneda que circulaba en la isla hizo que los tratantes y mercaderes dejaran de llevar sus mercaderías y, cuando las lleva- ban, las vendían a precios prohibitivos. Además del precio de sus productos, subieron los fletes de los principales artículos de exportación, particularmen- te los azúcares y cueros. Entre las compañías que más se lucraron de este negocio estuvieron los Jorge y los Espinosa. 114 Quienes no tenían medios de transporte para dar salida a sus mercancías, quedaban obligados a fletar barcos. Los mercaderes sevillanos cobraban 14 y 15 ducados por caja de azúcar y 7 reales por cada cuero. Los más depreda- dores pedían hasta la mitad de la carga por el flete. 115 Otro factor que incidió en la crisis fue el auge adquirido por la industria azucarera del Brasil 116 y sobre todo la que se estaba desarrollando en Granada y en las costas del levante español. Para evitar al agravamiento, los miembros de la Audiencia pidieron a Felipe II que protegiera la economía de la colonia prohibiendo que los azúcares producidos tanto en Granada como en las costas levantinas se vendieran en Andalucía. 117 Como consecuencia de dicha petición se adoptaron medidas con el fin de ayudar a los productores locales. La más importante de ellas fue la que ordenaba al Cabildo de Sevilla que no cobrara ningún derecho a los azúcares y demás mercaderías provenientes de los puertos de la Española. 118 Posteriormente, y como forma de proteger las exportaciones, se redujeron los impuestos de alcabala y almojarifazgo a un 7.5% de un 15% que se pagaba. Pese a las fuertes bajadas de impuestos, hubo años en que las recaudaciones fiscales superaron los 20,000 castellanos, hecho que denota la producción de la isla. 119

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