Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

Historia general del pueblo dominicano 43 cosmovisión popular la categoría de raza se ha trasmutado para aludir a un sentido común de pertenencia al colectivo. Tal reflejo registra mecanismos célebres de reconocimiento, como los de «blancos de la tierra» o «indios», cuya adjudicación al ámbito de la alienación colectiva carece de todo sentido de la historicidad. Sin embargo, cabe considerar el valor concreto de las percepciones étni- cas en cada contexto histórico, sus especificidades y sus relaciones con otros determinantes sociales, lo que previene la tentación a absolutizar. En el decur- so de la historia dominicana se advierten valoraciones peculiares del factor étnico, que le arrojan cierto sello particular contrastante con los fenómenos de ese tipo en las sociedades de plantación, lo que en cierta medida comenzó a arrancar en las mismas décadas del siglo xvi en que floreció la esclavitud intensiva. Estos matices particulares de las distinciones étnicas y las subsiguien- tes valoraciones pueden tener por origen la debilidad de la esclavitud, que posibilitó el acercamiento entre sectores sociales, un tópico trillado por la historiografía dominicana desde ángulos variados. Por tanto, junto a los me- canismos de diferenciación y exclusión, propios de las sociedades coloniales, potentes fórmulas de integración se condensaron a través de los marcos de la cultura criolla. Esta trascendía, en no pocos casos, parámetros de los moldes culturales de sectores sociales, lo que marcó un sello alejado de las sociedades de plantación y de las colonias con mayoría indígena. Desde luego, no cabe sobrestimar este rasgo, en la medida en que en el mundo colonial primaban regulaciones discriminatorias y sus reflejos se perpetuaron con posterioridad, como el hecho mismo de la pretensión de superioridad de los «blancos» o la asignación de inferioridad cultural a los demás. Pero si se plantea apuntar a la originalidad del proceso local, debe establecerse la dilución de extensas porciones de los aportes culturales originarios del complejo criollo. No se trató únicamente de lo africano y lo indígena, sino en forma distinta también de lo español, aunque se consolidasen componentes fundamentales, como el idioma, la religión y las instituciones por medio del sistema de dominación. Otra dimensión obligada reside en la conexión con el entorno interna- cional, común a cualquier país pero de importancia específica en una forma- ción políticamente subordinada a un centro distante. Lo que está en juego es considerar las especificidades de las determinaciones emanadas del exterior en cada etapa histórica. Cabe agregar las correlaciones de fuerza entre las potencias que incidieron en la configuración del Caribe, así como los macro- procesos regionales del conjunto de la región. De tal manera, el análisis de las dinámicas con las potencias internacionales tiene implicaciones cambiantes.

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