Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I
Otros sectores productivos y económicos 434 al Emperador al entender que, además de perjudicar los intereses de los carga- dores sevillanos, era ilegal. Y además supieron meter el dedo en la llaga, pues insistieron que si se imponían precios máximos ningún comerciante deseaba ir a Santo Domingo, agudizando el problema de desabastecimiento. Bajo este ar- gumento la Corona volvió a decretar la libertad de precios. 29 Por ello, las quejas no tardaron en reaparecer, pues los oidores escribieron, en 1547, que la escasez con la que llegaban los caldos provocaba que la pipa se pagase a 150 pesos. 30 La situación fue a peor, pues en 1580 se llegaron a pagar 800 pesos de oro por una de esas pipas. En definitiva, las autoridades isleñas se pasaron todo el siglo xvi reivindicando el libre comercio de harina o vinos, especialmente desde las islas Canarias y el control de los precios. Bien es cierto que la inflación no solo se podía achacar al monopolio, pues en Santo Domingo se echaban sisas siste- máticas sobre la compra-venta de vino, harina y carnes, lo mismo para obrar la fortaleza, que para construir la cerca de la ciudad, construir un puente, traer agua potable a la ciudad o sofocar un alzamiento. El aceite, el vino y el pan de trigo dejaron de ser alimentos populares, pues solo los grupos más pudientes podían disfrutarlos y hacer ostentación de ellos. Mientras que la carne, un alimento elitista en España, pasó a conver- tirse en popular desde la segunda década del siglo xvi . De hecho, había que dar batidas periódicas sobre los cerdos y las reses montaraces para paliar el daño que causaban en las plantaciones. Ello provocó que la carne, muy cara en la península, hundiera sus precios en las mayores de las Antillas. 31 Tras este fracaso se optó por otros cultivos; la caña de azúcar se cultivaría en grandes plantaciones precapitalistas dedicadas a la exportación. Para la Corona se reservaron las haciendas costeras que eran mucho más rentables que las que se ubicaban en lugares inaccesibles. 32 Junto a estas plantaciones se desarrolló otra agricultura destinada a la producción de alimentos para al consumo local. La base de esta agricultura fueron las estancias, que eran uni- dades productivas de mediano o gran tamaño que necesitaban menos mano de obra que la plantación. En estas explotaciones se cultivaron infinidad de productos: yuca, ajes, maíz, legumbres y, posteriormente, jengibre y tabaco. Los cultivos más importantes fueron los dos primeros, es decir, la yuca y los ajes, que eran dos productos consumidos tradicionalmente por los taínos y que los españoles encontraron a su llegada en grandes extensiones. La yuca era una raíz comestible, que una vez extraído el jugo venenoso que contenía se hacía harina con la que se elaboraban las tortas de casabe que eran, como escribieron algunos cronistas, «el pan de la tierra » . En cuanto a los ajes, eran lo que hoy denominamos batatas, un tubérculo muy nutritivo que se comía tanto asado como cocido. 33
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