Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I
Historia general del pueblo dominicano 437 solo pudo llevarse dieciséis caballos, simplemente porque no había muchos más. No tardó en enviar a Santo Domingo a un criado suyo con los cuatro navíos que había tomado a Pánfilo de Narváez para proveerse nuevamente de équidos. Afinales de 1521, Rodrigo de Bastidas, vecino de Santo Domingo, firmó un asiento para poblar la isla Trinidad, comprometiéndose a llevar en breve plazo 200 vacas, 300 cerdos, 25 yeguas y otros animales de cría para así desarrollar la ganadería en la pequeña isla. 46 En torno a 1526 Diego Méndez envió una carabela a Nueva España, llamada Concepción , cargada de caballos y mercancías, por cuya venta obtuvo más de 2,000 ducados de beneficio. 47 En la década de los treinta, cuando aún no se había desarrollado plenamente la cabaña novohispana, continuaron los envíos de ganado. 48 Obviamente, carecemos de la información suficiente como para cuanti- ficar el volumen total de estas exportaciones ganaderas. Es evidente que los dueños de hatos dominicanos supieron aprovechar el negocio y que los in- gresos debieron ser enjundiosos, por la necesidad que había de animales y los altos precios que estos adquirieron. No obstante, fue un negocio pasajero que tendió a desaparecer a partir de mediados de siglo, cuando las demás cabañas ganaderas comenzaron su desarrollo. Además de los beneficios obtenidos por la venta de ganado vivo, el prin- cipal producto de exportación de la isla fue, junto al azúcar, el de los cueros vacunos. La ventaja de este último género radicaba en la gran demanda que había en la península ibérica y en toda Europa, dada su gran utilidad. Con ellos se fabricaban una gran cantidad de productos, desde cordobanes para adornar los suelos a modo de alfombras, hasta guantes, zapatos, borceguíes, sombreros, sillas de montar, odres, baúles, etc. Paralelamente a la llegada de estos cueros a Sevilla, experimentaron un notable auge los oficios relaciona- dos con el curtido, como tundidores, pellejeros, borceguineros, zapateros, zurradores, odreros, guadamacileros y guarnicioneros, entre otros. Durante los años veinte del siglo xvi había ya algunos comerciantes afin- cados en la isla que se dedicaban a su exportación, pagando por su flete 28 maravedíes la unidad. Ya en el segundo tercio del siglo xvi se convirtió en el segundo producto de exportación de la isla, tras el azúcar. De hecho, en 1552 contaba el licenciado Estévez, presidente de la Audiencia, que se mataban anualmente 30,000 reses para obtener sus correspondientes cueros. 49
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