Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

Introducción: propósitos y perspectivas 48 No se postula que para el siglo xviii se hubiera producido una integración exhaustiva. La gestación del pueblo dominicano fue un fenómeno inconcluso durante el periodo colonial, en el que persistieron segmentaciones de raíz étnica que recubrían otras de notación social. En particular, porciones mayori- tarias de la población se siguieron reconociendo a partir de nociones diferen- ciadas respecto a otras, como color de la piel, hábitat, prácticas religiosas, usos culturales e indicadores socio-culturales. Pero, al mismo tiempo, como se ha apuntado, iban ganando fuerza los principios de reconocimiento común. En consecuencia, aunque el calificativo de dominicanos surgió hacia mediados del siglo xviii , no tuvo demasiada eficacia en la medida en que seguían arras- trándose estilos de vida distintos. En los despliegues de las subjetividades incidió la vecindad de los france- ses desde la segunda mitad del siglo xvii . Los episodios de guerra, la disputa por franjas territoriales y el sentimiento de amenazas provenientes de los colonos de Saint Domingue alimentaron una compactación por oposición, apoyaron la eficacia de una práctica que cohesionaba a porciones amplias, desde cierto momento al menos. Esa compactación por oposición consolidaba los acercamientos sociales y culturales que se producían en la vida cotidiana y los procesos laborales de la estructura productiva, tan primitiva que excluía la intensificación de la esclavitud. En consecuencia, la diferencia respecto a los franceses fue decisiva como factor de reconocimiento. Tal reflejo incluía a los esclavos, quienes constata- ron su condición menos desfavorecida que los de Saint Domingue, de donde provinieron mecanismos de identidad paradigmáticos de aquellas etapas, entre esclavos y libertos, que implicaban búsquedas expresas de similitud con los sectores superiores. Sumariamente, podría concluirse que la decadencia de la esclavitud y su persistencia dentro de un estilo patriarcal conformaron un telón de fondo. Pero hay que reiterar que estos mecanismos integrativos no agotaban la complejidad de los procesos. La percepción de la complejidad de los sujetos excluye una posición única en ellos y demanda advertir la varie- dad de actitudes según las posiciones que adoptaban entre sí. Era inevitable, por consiguiente, que emergieran factores que contrarrestaban la formación de los reflejos integrados, fuera por medio de exclusiones o de variantes de la lucha social. Algo equivalente aunque de signo contrario ocurrió respecto a la metró- poli. Su lejanía seguramente constituyó el ariete para la diferenciación respecto a ella y el empuje del criollismo. Durante los siglos xvii y xviii pasaban años sin que llegara un solo navío de la Península. Pero en parte por la misma razón, quedó un síndrome de empatía, en la medida en que la identificación

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