Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

La esclavitud intensiva 482 En la licencia general de 1518 tuvo mucho que ver una carta enviada desde Santo Domingo, a inicios de ese mismo año, por el licenciado Alonso Zuazo, en la cual pedía al monarca que diera una licencia general para que se pudieran introducir todos los esclavos negros que se quisiera. Según Zuazo, los negros eran: personas de fuerza y de mucho trabajo y que con este podrán sufrir cada carga que le echaren y hacer los montones y haciendas que es trabajo que los indios no pueden sufrir porque hay negros que en un día hacen ciento cuarenta montones y el indio más monicaco que quiere es forzado y que hombres de mucha fuerza no hacen al día diez montones. 35 En diciembre de 1518 le fue dada otra merced al marqués de Astorga para que pudiera pasar a las Indias 400 esclavos negros. De estos, 100 serían introducidos durante el periodo de licencia que se le dio al gobernador de Bresa, y los restantes, después. 37 Levantado el impedimento que permitía trasladar esclavos a las Indias, la Corona volvió a ratificar la licencia de los 400 a Jorge de Portugal. Sin embargo, al parecer el número era muy abultado, por lo que la autorización quedó reducida a 200 herrados. 38 Esta licencia fue vendida a unos comerciantes genoveses radicados en Castilla. Los 200 restantes fueron traídos en 1527 a nombre de Esteban Justinián, uno de los primeros y más prominentes señores de ingenios de Santo Domingo y socio de una empresa negrera controlada por capitales genoveses. 39 Poco tiempo después, la Corona le concedió a Laurent de Gorrevod la mayor licencia que hasta entonces se había otorgado a una persona: un permiso para embarcar 4,000 esclavos negros con destino a las Indias. 40 Al parecer, dicho asiento no cumplió el propósito para el que fue diseñado, dado que gran parte de los esclavos traídos eran viejos o enfermos; además, el precio al que fueron vendidos no respondía a los niveles de exigencias de sus compradores. A pesar de ello, de esta licencia pasaron a la Española 1,400 herrados, a Cuba 700, a Puerto Rico 500, a Jamaica 300 y a Nueva España 600. Esta licencia fue vendida por el gobernador de Bresa a una compañía de capital genovés representada por Adán de Vivaldo y Valián de Forne. 41 Con estas autorizaciones tanto los tratantes de esclavos portugueses y genoveses como los mercaderes castellanos cometieron un sinnúmero de excesos. Según las fuentes consultadas, tanto a la isla Española como a las

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