Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

Historia general del pueblo dominicano 519 arrendamiento de sus bienes, multas y otros, ninguno muy cuantioso, por lo que en las ciudades o villas pobres esos ingresos no daban abasto para mantener limpios los caminos y calles y otras obras municipales. La autonomía de los municipios de la Española fue decreciendo a través de los siglos: Ya para fines del siglo xviii , la importancia de los municipios había disminuido mucho. Mermados sus poderes por el centralismo de la Corona y siendo instituciones pobres dentro de la pobreza general de la colonia, los municipios de la Española terminaron su existencia muriendo casi de inanición. Los datos que se tienen de las activida- des municipales al finalizar el periodo colonial, nos muestran a los municipios relegados en importancia, meros representantes sumisos del poder central y sombras de una autonomía efímera. 10 Importantes elementos que gravitaban en la vida colonial fueron los mi- litares. Todos dependían del gobernador. Había regimientos que formaban parte del sistema militar español peninsular, pero también milicias locales. A estas últimas podían ingresar los criollos, y al final del periodo colonial, por falta de criollos blancos, se permitió reclutar a mulatos y negros libertos. En periodos de peligro militar, desde Puerto Rico llegaban refuerzos a la pequeña tropa local en Santo Domingo. Los militares empezaron a cobrar importancia y fuerza a medida que el contrabando se ampliaba en la costa norte de la Isla Española. El intento de desalojar a los corsarios, piratas e invasores implicó el aumento del número de soldados dedicados a esos fines. Su sostenimiento gravitaba en los gastos locales. A mediados del siglo xvii , los regimientos establecidos en la colonia tuvieron la misión de destruir los asentamientos extranjeros en la «Banda Norte» de la isla, cada vez más ocupada por france- ses y holandeses, muchos de ellos de religión protestante, lo que intensificó el intento de desalojarlos, pues sus actividades no solo afectaban el comercio monopólico, sino que introducían biblias y libros luteranos, atrayendo a los habitantes de esas comarcas a su religión, en desmedro del monopolio religioso de la Iglesia Católica. La gravedad de la amenaza fue creciendo al final del siglo xvii , con la ocu- pación paulatina por extranjeros de la región noroeste de la isla. Para impedir que toda ella se perdiera para España, se crearon las «cincuentenas», cuerpos armados expedicionarios para ir a destruir las ocupaciones extranjeras. Ese peligro no solo afectaba a la Isla Española, sino también a Cuba, Puerto Rico y otras posesiones en Tierra Firme. Ello obligó, además, a que se creara una

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