Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I
Historia general del pueblo dominicano 539 de que esas procesiones solo se hicieran de día. La razón de esa excepción fue que «De haberse de componer el acompañamiento de ellas de mujeres originado del corto numero de hombres que hay en la ciudad y los más con el ejercicio de soldados que podían asistir de día por la mucha pobreza y que de noche iban alumbrando con la mayor modestia, y silencio vestidas de túnica morada y cubiertos sus rostros sin poder ser reconocidas por nadie». 32 Esta cofradía tuvo que cerrar en 1872 por orden del encargado del arzobispado, Leopoldo Santanché, y se motivó en que los directivos de la cofradía insistían en ser independientes de la autoridad episcopal, lo cual Santanché consideró improcedente, y la suprimió por decreto del 23 de marzo de 1872. Otras cofradías fueron la de Santa María Magdalena cuya sede estaba en la Catedral de Santo Domingo y otra en Baní, la del Espíritu Santo, que tuvo fondos suficientes para establecer un hospital para esclavos de los ingenios. Las relaciones de las cofradías con la Iglesia incluían la necesidad de que sus estatutos tuvieran aprobación eclesiástica, que sus cuentas fueran revisa- das anualmente y que en sus elecciones estuviera presente un representante de la Iglesia. 33 A través de estas organizaciones los grupos más bajos de la sociedad colonial podían hacer sentir su presencia. Como sus miembros tenían derecho a ocupar lugares específicos en las iglesias, en las procesiones y festividades religiosas, pertenecer a esas cofradías podía dar algún sentido de pertenencia en la sociedad a estas personas, de otro modo marginadas. L os grupos de presión En una sociedad rígida y jerarquizada como lo fue la española, cada grupo social buscaba sus privilegios, ventajas, poderes y preeminencias. La lucha por escalar la pirámide social fue siempre intensa, pese a las prohi- biciones legales existentes y que se han analizado someramente más arriba. Gobernadores, oidores de la Real Audiencia, prelados, militares, comerciantes, burócratas, hacendados, grandes latifundistas y dueños de ganado, buscaban mantener sus posiciones sociales y poderío económico, a costa de los demás grupos. Cada grupo clamaba al Rey pidiendo beneficios, gracias y mercedes en forma de exoneraciones de impuestos, donaciones de tierras, privilegios, permisos para traer esclavos y mercancías pagando ninguno o poco arancel. Con ello se disminuirían los ingresos de la Corona, por lo que las autoridades
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