Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

Aparatos administrativos e institucionales 540 no estuvieron siempre muy dispuestas a otorgarlos. Pero con sus relaciones en la Corte, los peticionarios frecuentemente consiguieron esos beneficios. En los primeros años del siglo xvi , la Corona otorgó exenciones a los co- lonizadores y pobladores en tierras y al derecho a importar esclavos desde África. Muchas de esas concesiones eran luego vendidas por sus titulares a negociantes en Europa. La Corona quiso ser generosa en la concesión gratuita de tierras, a través de las mercedes, con que se beneficiaban personas que deseaban tener tierras para haciendas y hatos ganaderos. Esas mercedes te- nían requisitos tales como por ejemplo que las tierras fueran puestas a labrar dentro de cierto término y que no hubiesen sido dadas antes a nadie más. El monopolio comercial que desde temprano le fue concedido a los comer- ciantes de Sevilla creó la necesidad de los particulares gestionar exenciones a ese monopolio. Esto trajo la consiguiente lucha entre la Casa de Contratación y quienes pedían y obtenían favores y concesiones del Rey directamente, en desmedro de dicho monopolio. Fue constante la lucha entre los comerciantes locales en Santo Domingo y los de Sevilla, amparados estos últimos por el monopolio que ejercían del comercio entre España y sus posesiones en América. Los comerciantes de la isla pedían constantemente a la Corona que les diera derecho a comerciar con las otras posesiones españolas y otros puertos que no fuera el sevillano. En ese sentido, nos dice Genaro Rodríguez Morel: A mediados del siglo xvi los mercaderes sevillanos habían presiona- do de tal manera a los comerciantes dominicanos que estos se vie- ron obligados a pedir la intervención de la Corona. Los mercaderes radicados en Santo Domingo pidieron al monarca licencia especial para poder comerciar con otras partes que no fuera Sevilla, solicitud, que evidentemente fue rechazada por el emperador; a partir de este momento y ante la imposibilidad de desarrollar comercio más equi- librado y justo, los mercaderes y comerciantes estantes en la colonia aceleraron la actividad comercial ilegal, sobre todo en la zona norte de la isla. 34 La fuerza económica y política de los sevillanos, prácticamente impulsó a los comerciantes de la Isla a buscar en el contrabando su única manera de sobrevivir.

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