Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I
Historia general del pueblo dominicano 545 poder de los militares que de hecho gobernaban a Santo Domingo. Así fue hasta el final, cuando España cedió a Francia su parte en la Isla Española en 1795. C onclusión Al terminar el periodo colonial, a principios del siglo xix , las institucio- nes originales de la Española se encontraban casi inhabilitadas para ejercer sus funciones, con un aparato burocrático inerme y con poca autonomía. Las mejorías conseguidas en la llamada «Reforma Borbónica» del siglo xviii poco afectaron a los habitantes de Santo Domingo. Al contrario, las pérdidas de las pocas funciones que tenían los gobernadores y los Cabildos amputaron aún más sus acciones en beneficio de la burocracia en Madrid, con la creación de la Secretaría del Despacho Universal de Indias en 1717. El monopolio comercial que la oligarquía mercantil de Cádiz y de Sevilla había mantenido por varios siglos había sido sustituido con permisos dados a compañías españolas, y para Santo Domingo se estableció la Real Compañía de Cataluña en 1755, la cual a su vez estableció su propio monopolio, por lo que el cambio poco benefició a los criollos dominicanos. Lógicamente, se mantuvo el contrabando, tanto marítimo como el fronterizo, con Saint Domingue, que era prácticamente la única manera que tenían los habitantes de Santo Domingo de comprar y vender mercancías. En 1774 se estableció un servicio de correo entre la metrópoli y las Antillas españolas y se permitió a otras ciudades españolas comerciar con estas islas. Esto mejoró un poco el comercio entre España y sus colonias antillanas. Como nos dice Ricardo Lesser: «Las reformas borbónicas inauguraron el llamado segundo imperio, un esfuerzo desesperado para salir de la trayectoria de la decadencia. No hizo más que demorar el desenlace final». 38 La lealtad que hasta entonces había tenido la población de la América hispana hacia la Corona, había ido disminuyendo debido a tantas restric- ciones, impuestos, discriminaciones y desafueros. Para fines del siglo xviii empezaban a emerger proyectos emancipadores. Santo Domingo fue atípico en ese sentido, por la circunstancia particular de que en el 1795 fue cedido a Francia bajo el Tratado de Basilea y entonces la metrópoli era una Francia en proceso de revolución, con el agravante del intento de liberación de los escla- vos en Saint Domingue, hecho que distanció al Santo Domingo español de las corrientes libertarias que empezaron a aparecer en las distintas regiones de la América hispana.
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