Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

Historia general del pueblo dominicano 553 En segundo lugar, porque durante los primeros años de la colonización, los gobernantes castellanos estaban más preocupados en sojuzgar a la población aborigen que en la enseñanza de los santos evangelios. La colonización fue una empresa económica, y dadas las dificultades que suponían los levantamientos de los naturales, era prioritaria la guerra al «infiel». Ahora bien, las luchas que libraban conquistadores e indios, más que por cuestión de fe, se originaban por el control de las propiedades de los nativos de la isla. Y en tercer lugar, las posibilidades que tenían los frailes para predicar el evangelio eran muy escasas. La agresividad con que se estaba desarrollando la conquista había convertido estas tierras en un verdadero campo de batalla. Las continuas guerras que se libraban entre los conquistadores y la población nativa hacían casi imposible una convivencia pacífica entre ambos grupos sociales. La población aborigen estaba siendo diezmada, sin que los pocos religiosos que vivían en la colonia pudieran ofrecer ninguna alternativa a ello. Los pueblos donde había mayor concentración de indios, que por lo general eran los próximos a las minas de oro, quedaron rápidamente deshabitados o muy poco poblados. 18 Otro de los factores que impidieron el desarrollo y propagación de la fe católica entre la población nativa de la isla, sobre todo durante esos primeros años, fue la falta de infraestructuras sólidas donde predicar el evangelio, entiéndase iglesias, conventos y monasterios. Los recursos económicos eran tan exiguos que los edificios se tenían que construir de paja, lo que ocasionaba que en muchos casos fueran destruidos por el fuego u otros fenómenos naturales. Los gastos para las edificaciones de las pocas iglesias fabricadas hasta finales de la primera década del siglo xvi corrieron a cargo de los colonos más ricos. Las reiteradas peticiones de privilegios que hacía la Corona a la Santa Sede hacen pensar que, a pesar de las dificultades que había para evangelizar a los naturales y de las limitaciones que tenían los clérigos para desarrollar su labor, la principal responsabilidad recaía sobre la monarquía, pues limitaba las acciones del conglomerado religioso con el fin de negociar mayores privilegios ante la curia romana. El caso más evidente fue la iniciativa tomada por el rey Fernando para conseguir que la Santa Sede le otorgara los derechos y privilegios del Real Patronato. 19 Sin embargo, hubo esfuerzos de los Reyes Católicos en beneficio de los religiosos que estaban en la isla. Entre ellos destaca la Real Cédula enviada a Frey Nicolás de Ovando en 1503, en la que se le ordena aumentar el salario de los clérigos en 100 pesos de oro. 20 En adelante, y según la misma Real Cédula, los religiosos recibirían 250 pesos cada año. Hasta ese momento recibían 150

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