Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I
La Iglesia y las manifestaciones religiosas 562 hicieron ante las presentaciones del Concejo. Su influencia era decisiva tanto en la isla como en la vida política de Castilla. Aunque el Regio Patronato facultaba al monarca para designar las dignidades y demás representantes del clero, eran los miembros del Concejo los que finalmente decidían, o por lo menos influían, en las decisiones del rey. Su influencia llegaba hasta las más altas esferas del Estado. Por lo general, las principales familias de la isla tenían representación tanto en los distintos Cabildos municipales como en los Cabildos catedralicios de Santo Domingo y Concepción de la Vega gracias a su influencia en Castilla. Por otro lado, estas familias hacían importantes donaciones a las iglesias y conventos de la isla y no pocos de sus parientes profesaban en conventos y monasterios aportando elevadas dotes. 49 La manera en que estaba estructurado el Cabildo catedralicio de Santo Domingo era un reflejo del gobierno civil de la ciudad. Ambas instituciones estaban integradas por las mismas familias: los Caballero, Serrano, Tostado, Lebrón, Bardecí y Fuenmayor, entre otras. Desde una óptica social ambos organismos eran instituciones eminentemente elitistas. Lo más importante de tal fenómeno es que, gracias al control de los grupos de poder económico se produjo la creación de una comunidad de religiosos integrada en su gran mayoría por criollos, tal y como se preveía en la erección de los obispados. Según refieren los miembros del Cabildo de Santo Domingo, «la tierra está llena de hijos de vecinos principales que andan al servicio de la Iglesia y están ordenados y de cada día se ordenan para clérigos y son buenos estudiantes y se aplican a tomar el estado eclesiástico ». 50 La miseria y la falta de población que había en la isla fueron factores que limitaron a los religiosos, de ahí que muy pocos fueran los aspirantes a pasar a los obispados de la colonia. De todas maneras, no parece que los miembros de la élite local estuvieran interesados en que viniesen religiosos de otros lugares, por la influencia que tenían en el Cabildo catedralicio a través de los prebendados criollos. La presencia de estos se fue asentando cada vez más desde la segunda mitad del siglo xvi . Si bien la élite política y económica de la colonia tenía influencia entre el bajo clero, las relaciones se tornaban a veces complicadas entre la clase dirigente y la alta clerecía. El alto clero, que por lo general era castellano, no apoyaba muchas de las acciones de la clase dirigente, fundamentalmente las que pretendían suprimir o sustituir el papel de la jerarquía eclesiástica en la sociedad. Su nivel de intervención más visible giró en torno a los impuestos, que eran de incumbencia exclusiva del Cabildo eclesiástico.
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