Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

Resistencia a las relaciones de dominación 578 Parece que el acuerdo de paz con Barrionuevo no se cerró del todo, por lo que la Audiencia decidió enviar a un tal Pedro Romero, vecino de Santo Domingo, para que se encargara de sellar aquel pacto. Según refieren los oidores Zuazo, Vadillo y el doctor Infante, Pedro Romero fue al Baoruco: y el cacique lo recibió muy bien y lo llevó a su pueblo donde tenía a su mujer y las demás mujeres de los otros sus indios, el cual dice que estaba en parte a donde jamás los españoles habían llegado y en lu- gar tan fragoso y escondido que nos dicen que fueron casi imposible hallarle aquel asiento y que juntos de él tenía muy grandes jagüeyes, a manera de cuevas, para esconderse él y su gente si fuesen halla- dos, y que podría tener entre todos cuatrocientas personas, chicas y grandes. Detúvose Romero en este pueblo ocho días, donde nos dice que se holgaron mucho con él y al cabo que se quiso venir escribió a esta real Audiencia reagradeciendo la merced que vuestra majestad le ha hecho en mandarle perdonar, y que de aquí adelante él será muy amigo de los españoles y que para que no se tuviese ninguna sospecha de indios alzados que él iría a correr todas las sierras de la isla y recoger los indios y negros alzados y que luego los enviaría a los pueblos cuyos fueren. Y así entregó a Pero Romero seis negros que allá tenía los cuales trajo a esta ciudad y en recompensa de ello se le envió con un indio su capitán ciertas herramientas y vino y otras cosas que nos envió a pedir de manera que con esta que se ha hecho tenemos por cierto que se guardará la paz, y que muy presto vendrá a poblar a tierra llana porque así nos lo envió a decir. 24 Sin lugar a dudas, las luchas libradas por los aborígenes contra la dominación colonial dejaron un importante legado social, sobre todo por las tácticas de guerra de guerrilla empleadas, utilizadas posteriormente por los negros cimarrones. Un hecho que evidencia tal influencia fue que utilizaran las mismas montañas inexpugnables donde se guarecía el cacique Enriquillo. La rebelión de los esclavos del ingenio de Diego Colón solo fue el inicio de lo que se convertiría enuna constante entre los sectores esclavizados. Esto respondía, naturalmente, al fortalecimiento de las relaciones de explotación esclavistas, cada vez más intensivas, fundamentalmente por el auge de la economía azucarera. A pesar de que el levantamiento de 1521 fue sofocado de forma violenta por las autoridades de la isla y que muchos de los participantes fueron eliminados, no por ello cesaron los intentos de libertad de los esclavos. Dos años después de aquel motín las autoridades denunciaban que:

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