Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

Historia general del pueblo dominicano 579 además de los negros que los días pasados se habían alzado del ser- vicio de sus amos, ahora nuevamente se han comenzado a alterar otra cuadrilla de ellos […] y pues veis cuán peligrosa cosa podría ser si no se castigase y allanase con mucho rigor. 25 El impacto de la sublevación en la sociedad colonial fue de tal magnitud que en poco tiempo las autoridades locales de la Española tomaron medidas tendentes a impedir que se produjeran hechos similares en el resto de la sociedad. Contrariamente a lo que sucedía con los indígenas, sometidos a las órdenes del cacique Enriquillo, los esclavos negros atacaban los ingenios azucareros, principal base de sustentación de la economía de la isla. Las revueltas de esclavos en Santo Domingo, que se prolongarían durante décadas, respondían a la misma lógica del sistema y al nivel de desarrollo que habían alcanzado las relaciones esclavistas de producción y, de manera especial, la economía de plantación. Las autoridades locales hubieron de invertir fuertes sumas de dinero que salieron tanto de las arcas públicas como de los vecinos de la isla. La población local tuvo que pagar la subida de impuestos con que se gravaron los productos importados: aceite, harina y vino, entre otros. Es de destacar que los gastos más cuantiosos se hicieron en la lucha contra los indios y no contra los negros. Según cálculos, hasta 1532 las autoridades de la Española habían gastado cerca de 40 mil ducados en la persecución del cacique Enriquillo. 26 La preocupación que creó esta revuelta entre la clase dirigente de la colonia, y más particularmente entre los sectores esclavistas, hizo que en menos de 15 días se redactaran unas Ordenanzas cuyo principal objetivo era «para remedio y castigo de los negros y esclavos que se alzan y hacen delitos en esta dicha ciudad». Algunas de las medidas adoptadas chocaban con los intereses de los sectores ligados al sistema de plantación: «ningún cristiano que tuviere negros los pueda tener sin que tenga en su casa la tercera parte de los negros que estuvieren de cristianos españoles, personas que puedan tomar armas cuando se ofreciere que fueren menester y que estos estén apercibidos y avisados de ello». 27 Igualmente era inaceptable que la mano de obra esclava, cuyo costo era de los más elevados dentro del complejo productivo, se pudiera castigar con penas que incluían la mutilación e incluso la muerte.

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