Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

Resistencia a las relaciones de dominación 582 de Nueva España o Cuba y otras partes, porque aquí se trae guerra con indios industriados y criados entre nosotros y que saben nuestras fuerzas y costumbres y usan de nuestras armas y están proveídos de espadas y lanzas». Sobre la estrategia de los sublevados se decía que en la sierra del Baoruco: y en la parte donde ellos se ponen, falta el agua y otros manteni- mientos y cuando son seguidos dejan la tierra llana y se suben a las sierras donde tienen hechas sus defensas y fuerzas y no pueden los españoles ir a ellos sin llevar a cuestas el agua y mantenimientos para muchos días y para cada día ha menester un par de alpargatas por ser toda la tierra llena de pizarros […] y tienen tantos espías sobre los españoles en esta ciudad y en el campo que no se menean sin que ellos lo sepan, ya cuando los españoles llegan donde ellos están les falta el agua y comida y alpargatas y aunque no les falte están puestos en parte y pocos bastan para muchos derribando de lo alto de unos peñoles y fortaleza que la naturaleza hizo tantas piedras que hacen en los españoles mucho daño y cuando le suben la una fuera tienen a otros tres más alto otra tan fuerte y fragosa ya que las suben todas. Como es gente desnuda y suelta se esconden por los montes como conejos y que apenas se puede hallar el rastro sin otras muchas dificultades y casi imposibilidades que la guerra tiene para acabarse del todo. 32 El arzobispo y presidente de la Audiencia, Sebastián Ramírez de Fuenleal, posiblemente el más sensato de los funcionarios que pasaron por la administración colonial, fue de los más interesados en terminar aquella guerra. En ese sentido, envió una comunicación a Carlos V en la que informaba sobre el estado en que se hallaba la isla y los esfuerzos que había hecho para pacificar la colonia, como escribir una carta a Enriquillo: asegurándole en el real nombre de vuestra majestad y perdonándole todo lo pasado y además que lo libertaba a él y a los otros indios que allí habían para que viniesen por si en toda la libertad en la parte que quisiesen a donde yo les proveería de algunas ovejas y carneros con que criasen para sus mantenimientos y granjerías con otras cosas a este propósito o que se quedase en aquella sierra porque si allí no saliesen a correr la tierra y quemar las haciendas y matar españoles y hacer los otros daños que han hecho y hacen no se les iría a hacer guerra ninguna y tampoco ha aprovechado esto, como todo lo pasado. 33

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