Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I
Resistencia a las relaciones de dominación 588 Es obvio que bajar de las montañas suponía exponerse a ser perseguidos por las capitanías creadas para la defensa de las villas más pobladas. El hecho de que aun así se arriesgaran hace pensar que les faltaba algo importante que no podían conseguir en el medio donde tenían establecidas sus microsociedades, como vestidos, calzados y mujeres. La naturaleza les daba lo demás: agua, comida, animales. La necesidad de dinero para comprar mercaderías para su subsistencia es una de las claves explicativas de los ataques y robos que realizaban en las zonas más pobladas de españoles. Las incursiones en los ingenios les proporcionaban adeptos para la causa, algunas mujeres, caballos y armas defensivas, como ballestas y lanzas. Es de destacar que entre la rebelión de 1521 y las grandes cimarronadas de los años cuarenta se produjo una evolución social que explicaría el comportamiento del colectivo cimarrón. Si en la primera revuelta buscaban librarse del duro trabajo a que eran sometidos por sus amos, posteriormente, instalados en la sierra ya no dependían del mayordomo ni del capataz de la plantación. Sin embargo, la libertad que tenían en los palenques estaba condicionada por el mismo sistema esclavista que los estigmatizaba como elementos peligrosos e inadaptados, además de ser propensos a la violencia física, que utilizaban como una forma de identificación social. 45 El recrudecimiento de las luchas que libraban en la colonia contra los esclavos fugitivos suponía la erogación de altas sumas de dinero por parte de la administración central. Según referían las autoridades de Santo Domingo, en las cuadrillas se gastaban anualmente hasta 6,000 pesos de oro, dinero que no se conseguía a menos que se gravara con impuestos, como de hecho se hizo, a los azúcares, harinas, pan, vinos y sal, entre otros productos. 38 P rincipales caudillos y líderes del movimiento cimarrón Según las autoridades de la Española, en 1546 deambulaban decenas de cuadrillas de cimarrones dispersas por toda la isla, las cuales podían sumar más de mil esclavos negros. 46 Entre los principales y más connotados líderes de aquel movimiento destacaron los capitanes Diego de Guzmán, Diego de Ocampo, Sebastián Lemba y Juan Vaquero. Es muy probable que varios de estos rebeldes fueran negros criollos, nacidos en la isla, como Perico. 47 La principal zona de influencia de los insurrectos abarcaba la parte central de la isla, principalmente Santiago, el valle de la Vega Real, Concepción de la
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