Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

Historia general del pueblo dominicano 589 Vega, hasta el sur y, de manera particular, San Juan de la Maguana, la Sierra del Baoruco y Neiba. En términos geoestratégicos, estos lugares garantizaban la seguridad de los sublevados, pues la intensa vegetación y la accidentada orografía les proporcionaban todo lo que necesitaban: agua, comida y, sobre todo, refugio. Los primeros caudillos negros que hicieron sentir su presencia en los lugares antes señalados fueron Diego de Guzmán 48 y Diego de Ocampo. Al parecer, ambos se movían en las mismas zonas y por sus desplazamientos se puede inferir que tenían un amplio conocimiento del terreno donde operaban. Ahora bien, a pesar de su dominio sobre el territorio, sus ataques eran programados con gran cautela y astucia, aprovechando cualquier coyuntura para que tuvieran el mayor efecto posible. El inicio de las campañas militares de los negros cimarrones fue 1545, año en que la isla fue azotada por tres huracanes. Diego de Guzmán, acompañado de un elevado número de hombres y mujeres, aprovechó que las autoridades estaban ocupadas reconstruyendo las zonas afectadas por los huracanes para atacar los ingenios situados en los alrededores de San Juan de la Maguana. Tras esa incursión, el caudillo fue tenazmente perseguido por órdenes del gobernador Alonso López de Cerrato. Según las fuentes: luego que aquí vino la nueva, despachamos un capitán con 30 cris- tianos y fueron por mar en busca de los negros que supimos que estaban en el Baoruco, que era el lugar de Enriquillo. Y allí hallaron los negros, los cuales arremetieron a los cristianos con harto ánimo y osadía, y pelearon con ellos y mataron al capitán Diego de Guzmán y a otro Hernando, que era peor que él, y mataron 17 negros e hirieron 16 cristianos y mataron uno e hirieron muy mal al capitán de los cristianos a cuya causa se esparcieron. Sabido esto enviamos otros dos capitanes, uno con gente de a pie y otro con gente de caballo. La gente de a pie llegó donde solían estar los negros y hallaron 10 o 12 sepulturas de los negros que perecieron que fueron heridos y murieron, y no hallaron negro ninguno, y fueron en rastro de ellos. También enviamos a mandar a otro capitán que estaba en La Vega que fuese a juntarse con el otro y siguiesen los negros, los cuales van en busca de ellos y determinados de no volver sin darles cabo. En toda la isla no hay nueva de otros negros alzados, aunque sé que allá han dicho que son tantos que nos velamos de ellos y otras mentiras de las que suelen decir, pero yo digo verdad a vuestra majestad. 49

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