Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I
Resistencia a las relaciones de dominación 590 Los rebeldes no lograron llegar a refugiarse en las montañas del Baoruco, que conocían a la perfección, por lo que fueron sorprendidos y aniquilados. El triunfo sobre el caudillo fue exhibido por las autoridades de la colonia como el más valioso trofeo, anunciando, como se observa en el documento citado, que con ello la isla quedaba controlada y pacificada. Tal afirmación muestra las falsedades que escribían las autoridades de Santo Domingo a la Corona. En junio del mismo año se produjo otro ataque cimarrón, esta vez liderado por Diego de Ocampo. Aunque esta era la primera vez que Diego de Ocampo salía de sus madrigueras, se conocía su existencia desde los tiempos del cacique Enriquillo. La zona de influencia del guerrillero era el valle de La Vega, aunque también fue localizado por San Juan de laMaguana, Azua y Santiago. Sin lugar a dudas, tenía gran ascendencia y liderazgo entre los demás rebeldes, y ello le permitió congregar amás de 300 alzados bajo sus órdenes, entre hombres y mujeres, todos armados con «armas de blancos». Por sus acciones, el capitán Diego de Ocampo se convirtió en el más temido por las autoridades de la Española. Durante el tiempo que anduvo Diego de Ocampo en los montes, era tanto el temor que le tenían los vecinos de la isla, que para moverse de un pueblo a otro «se juntan 15 o 20 hombres bien aderezados por miedo de los dichos negros». 50 La presencia del caudillo se hizo sentir conmayor fuerza por las incursiones que realizó en los ingenios de San Juan de laMaguana, que enmás de una ocasión fueron asaltados y quemadas las casas de purgar. Para contener sus acciones, y en vista de lo costoso que estaba resultando aquella guerra, se mandó un grupo de mediadores a ofrecerle la paz. Según recogen algunos documentos: hubo plática con ellos de paces, y que se ahorcasen algunos princi- pales y los otros entregasen a sus dueños. Y aunque estas paces a algunos parecían muy mal, a otros parecían bien. Al fin, ellos nunca cumplieron ninguna cosa de lo que pusieron ni vinieron a las paces. 51 El rechazo a la propuesta de pacificación provocó la reacción de los españoles, que enviaron escuadrones para combatir a los insurrectos. Es muy probable que en el enfrentamiento entre ambos grupos, los cristianos se percataran de algunas debilidades del movimiento rebelde que utilizarían en su provecho. Poco tiempo después los alzados fueron sorprendidos por los grupos contrainsurgentes, los cuales «subieron a la sierra sin que ellos (los sublevados) los viesen, porque los estaban esperando en otra parte, y les tomaron 11 negras y muchos bastimentos y mucha ropa». 52
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